El otro Carnaval: el Entierro de Vergara

Una fiesta diferente y poco conocida.

La semana pasada se realizó en la ciudad de Vergara, en el departamento de Treinta y Tres, el desfile de cierre del Carnaval. Aunque anteriormente se denominaba El Entierro del Carnaval, sin embargo las expresiones más propias y tradicionales del Entierro del Carnaval estaban muy presentes. Lo dominante fue  la presencia de Mascaritos, grupos de jóvenes disfrazados, que hacen payasadas y que acompañaban tradicionalmente a los Entierros, más que a los cortejos funerarios mismos. El Entierro es una manifestación carnavalesca  diferente con presencia desde Fray Bentos y Paysandú hacia el este, en los pueblos nacidos de la colonización e inmigración desde fines del siglo XIX a la vera de las vías férreas del ramal construido para el traslado de vacunos a los frigoríficos de exportación. En Vergara que desde hace años no se había realizado un Entierro propiamente dicho, este año retomó su tradición.

El Carnaval de Vergara, y que integra a otros pueblos cercanos, se caracterizó este año por un amplio conjunto de carrozas de reinas más tradicionales, pero también se presentó una carrozas más típica del Entierro con fuertes ironías contra algunas prácticas, como la carroza de la comparsa de las «Presumidas», iniciado en el año 24, e integrado por unas señoras distinguidas en una escenografía, que puso de reinas a un grupo de mujeres mayores, supuestamente presumidas, y tal vez jugando indirectamente con la idea de enterrar estas prácticas personales. Como todos los entierros, el de Vergara es acompañado de Mascaritos disfrazados con máscaras de telas. Pero también se acompañaban unos Mascaritos disfrazados con complejas y originales creaciones de escenografías teatrales que recorrían y acompañaban la procesión de comparsas. Entre esas escenografías individuales de disfraces hubo una expresión  irónica de un mascarito disfrazado de dinosaurio, de otros dos mascaritos escondidos en el disfraz de una vaca que se paseaba entre las comparsas, así como de un mascarito disfrazado de piloto y montado en una bicicleta transformada en avión con la cual recorría el desfile con supuestos  movimientos aéreos entre los participantes.

También participaron entre los cientos de Mascaritos, algunos con máscaras y disfrazados de muertos de ultratumba con tiras tanto blancas como negras en sus vestidos. Finalmente la procesión de carrozas y Mascaritos terminó en la plaza de Vergara con  un espectáculo coreográfico de la procesión de dos cajones fúnebres  cargados por  mascaritos disfrazados de monjitas, desde los cuales emana una mascarita, supuestamente muerta,  y disfrazada de monja, que  salto sobre el pavimento de la plaza para comenzar a bailar junto a los otros mascaritos. La ironía era que los muertos también festejan, y la fiesta del Carnaval se transforma en la algarabía del renacimiento de los muertos que salen de sus cajones para bailar y festejar el encuentro con los vivos, en el mejor estilo de la tradición del Día de los Muertos. Una nueva versión del Entierro del Carnaval de Vergara..

2 Comments

  1. Felicito esta propuesta y ojalá que evolucione, sea promovida por la intendencia departamental y su municipio local así como el Ministerio de Turismo. El tema de la muerte debe ser puesto en la sociedad porque es parte de la vida, máxime cuando se discute larga y contradictoriamente con la promoción de la eutanasia cuando paradójicamente queremos evitar los suicidios.

  2. Comparto. En este camino estamos. Hace un mes presentamos a la Comision del Patrimonio Nacional que se Declare Como Patrimonio Intangible El Entierro del Carnaval. Prsentamos documentación de Cardona y Guichon, y luego de Fraile Muerto. Ahora presentaremos de Vergara para ampliart el expediente de experiencias. Muy interesante su mirada sobre la muerte. Gracias

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