El voto que el alma pronuncia

Desde el final de la dictadura cívico-militar en 1985 se han puesto a consideración 13 plebiscitos y tres referéndums, pero sólo seis consiguieron los votos necesarios

Los que alcanzaron aprobación  fueron el plebiscito para realizar una reforma jubilatoria en 1989 en conjunto  con las elecciones nacionales; el referéndum para anular la Ley de Empresas Públicas en 1992; el plebiscito de 1994 para prohibir la alteración del valor de pensiones y jubilaciones mediante rendiciones de cuentas; el plebiscito de 2003 para reformar el sistema electoral en 1996; el referéndum de 2003 para derogar la ley de ANCAP; y el plebiscito del agua en 2004.

En tanto, desde que el Frente Amplio (FA) asumió el poder en 2005, se han impulsado cuatro plebiscitos: para anular la ley de Caducidad (2009), para habilitar el voto epistolar (2009), para bajar la edad de imputabilidad (2014) y “Vivir Sin Miedo” (2019). Ninguno fue aprobado pero los dos plebiscitos en materia de seguridad tuvieron entre el 46 y el 47 por ciento de aprobación.

Los plebiscitos sirven para controlar al gobierno y en el sistema uruguayo se los ha promovido como forma de oposición a las políticas gubernamentales. En la década de los noventa, con gobiernos blancos y colorados,muchos de los plebiscitos fueron contra privatizaciones, mientras que, desde que el FA está en el poder, los plebiscitos promovieron lo que la derecha hubiese hecho si hubiera estado en el gobierno.

En Uruguay, tanto los plebiscitos impulsados por organizaciones de jubilados como los propuestos para evitar la privatización de las empresas públicas, fueron aprobados. En cambio, los plebiscitos y referéndums fomentados por el sistema político y los centrados en materia de seguridad no prosperaron.

Consideramos que la gente siempre sabe lo que está votando y no vota a favor porque esa no es la respuesta en algunos casos no es por falta de información.

Evidentemente hay un gran porcentaje de gente, cercano a la mitad, que está a favor de este tipo de cuestiones, tanto de la baja de la edad de imputabilidad en su momento como de varias de las iniciativas que incluyó “Vivir sin Miedo”, pero también es claro que, a pesar de haber sido uno de los principales temas de la campaña electoral del  momento y el principal tema de cobertura mediática, eso no se tradujo en una mayoría, De todos modos,la votación no dice qué es lo que hay que hacer”, por lo que es  más investigación, más reflexión y más política.

Y no siempre el estar de acuerdo es directamente proporcional a votar a favor de la consulta porque muchas veces la solución no es la que la ciudadanía cree viable al problema.

No es estar a favor o en contra, es saber si lo que planteamos es la solución real y creíble de la mayoría.

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