El Gobierno de Joe Biden anunció este lunes nueva ayuda a Ucrania prometiendo lo que será la mayor entrega hasta ahora de cohetes, municiones y otras armas para las fuerzas ucranianas, sumando un total de 1.000 millones de dólares.
Esta promesa se produce cuando los analistas advirtieron que Rusia estaba moviendo tropas y equipos en dirección a las ciudades portuarias del sur para evitar una contraofensiva ucraniana.
La ayuda incluye cohetes adicionales para los Sistemas de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad, o HIMARS, así como miles de proyectiles de artillería, sistemas de mortero, jabalinas y otras municiones y equipos. Los comandantes militares y otros funcionarios estadounidenses dicen que HIMARS y los sistemas de artillería han sido cruciales en la lucha en curso de Ucrania para tratar de evitar que Rusia tome más terreno.
Ucrania ha buscado durante mucho tiempo más lanzadores HIMARS, que disparan cohetes de mediano alcance y también se pueden mover rápidamente antes de que Rusia pueda atacarlos.
Las autoridades estadounidenses también están proporcionando a Ucrania más cohetes guiados conocidos como GMLRS. El Pentágono sigue descartando el envío de cohetes de mayor alcance que Ucrania podría utilizar para adentrarse profundamente en territorio ruso.
Eso es un guiño a los EE. UU. tratando de manejar el riesgo de que Rusia instigue una guerra más amplia.
Estados Unidos se había comprometido previamente a enviar 121 Phoenix Ghosts a Ucrania. Los funcionarios del Pentágono no han revelado completamente las capacidades de esos drones, que fueron desarrollados por la Fuerza Aérea de EEUU y producidos por Aevex Aerospace, que se describe a sí misma como líder en “soluciones de inteligencia aerotransportada de espectro completo”. Se espera que el último lote de Ghosts llegue a partir de agosto.