Según el comunicado emitido por la organización Familiares de Detenidos Desaparecidos del Uruguay (Famidesa), las secuelas de este periodo oscuro aún persisten en la región.
Durante el régimen dictatorial chileno, el «Terrorismo de Estado» suspendió libertades civiles, suprimió sindicatos y partidos políticos, y censuró las publicaciones opositoras. Famidesa remarcó que «cerca de 200.000 chilenos fueron forzados al exilio, 40.000 personas sufrieron detención y torturas», de los cuales más de 3.000 fueron asesinados o continúan desaparecidos. Además, más de «36.000 personas fueron ejecutadas o asesinadas» durante el régimen de Augusto Pinochet.
A día de hoy, la búsqueda de las al menos «1.500 personas detenidas desaparecidas» sigue siendo una deuda pendiente en Chile. Famidesa destacó en su comunicado que la impunidad de los responsables sigue siendo un obstáculo en el proceso de justicia, y que «sólo 307 de los culpables han sido condenados». El comunicado señala que las evidencias de los crímenes continúan emergiendo a pesar de los esfuerzos de encubrimiento por parte de los perpetradores.
Famidesa recordó los nombres de las víctimas uruguayas desaparecidas en el marco del Plan Cóndor, como Ariel Arcos Latorre, Juan Ángel Cabral Almada, y otros tantos cuyos casos siguen sin resolverse. La organización reafirma su compromiso de «denunciar y repudiar los crímenes de Estado», instando a los gobiernos de la región a profundizar las investigaciones sobre los crímenes de lesa humanidad.
Finalmente, Famidesa condenó a aquellos que buscan encubrir a los responsables y a quienes abogan por el olvido, señalando que «apostamos al avance en las investigaciones judiciales» y a que “nunca más se permita el Terrorismo de Estado». En este sentido, hicieron un llamado a «fortalecer la democracia», enfatizando que la memoria y la justicia son pilares fundamentales para la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
El 11 de setiembre de 1973 coemnzó una dictadura terrible en Chile. Mies de muertos, presos, deaparecidos. Empresas privadas de EEUU pusieron la plata, la CIA la logística y Henry Kissinger era el cabecilla indiscutido del gorilazo. Sin embargo se conmemora la fecha por los ataques contra las Torres Gemelas de Nueva York. Sin duda fue un ataque atroz, despiadado en el que murieron miles de inocentes. En Santiago de Chile y el resto de Chile murieron mcuhso más, pero siempre ha habido muertos de primera y de segunda.