“Los huevos y las cacerolas sirven sólo para cocinar en mi casa”, provocó el presidente Emmanuel Macron durante una visita a un centro educativo en el sur de Francia. Donde la Policía confiscó cacerolas para evitar protestas ruidosas y reprimió a manifestantes con gases lacrimógenos.
El presidente francés, Emmanuel Macron, enfrentó nuevamente a cientos de personas que protestaron en su contra. Y en contra de su polémica reforma jubilatoria durante una visita a un centro educativo en el sur de Francia. Donde la Policía confiscó cacerolas para evitar protestas ruidosas y reprimió a manifestantes con gases lacrimógenos.
La visita al colegio secundario de la localidad de Ganges, al norte de la ciudad de Montpellier, fue el segundo desplazamiento público de Macron desde la promulgación el sábado de madrugada de su impopular reforma de las pensiones, que sacó por decreto y fue rechazada durante meses por grandes protestas.
El Consejo Constitucional validó el decreto y la ley la semana pasada, rechazando impugnaciones presentadas por partidos de la oposición. El presidente la promulgó al día siguiente.
Autoridades locales prohibieron los “dispositivos sonoros portátiles”, por lo que la Policía confiscó cacerolas a los manifestantes y los mantuvo bastante alejados de la delegación del presidente, usando incluso gases lacrimógenos.
