El sismo, registrado a las 9.00 horas (hora local), tuvo una profundidad de diez kilómetros y generó más de 50 réplicas, con una magnitud máxima de 4,4. Además, afectó zonas de Bangladesh, Nepal, Bután e India.
Miles de viviendas cercanas al epicentro resultaron dañadas, lo que llevó a las autoridades regionales a desplegar equipos de búsqueda y rescate. Efectivos del Ejército y decenas de miembros del personal de emergencias trabajan en la zona con el objetivo de localizar sobrevivientes entre los desaparecidos.
El presidente chino, Xi Jinping, ordenó la movilización de «todos los esfuerzos posibles» para asistir a los afectados. «Debemos fortalecer el monitoreo y la alerta temprana de terremotos, asignar materiales de rescate de emergencia de manera oportuna, reparar la infraestructura dañada lo antes posible y garantizar un invierno seguro y cálido», manifestó. Además, instó a minimizar el número de víctimas, tratar a los heridos y prevenir desastres secundarios.
El primer ministro, Li Qiang, destacó la necesidad de «acelerar la verificación» de daños y la protección de la población ante las bajas temperaturas de la zona. «Es invierno y debemos garantizar la subsistencia básica y el calor de la población en la zona del desastre», subrayó.
Por su parte, el gobernador de Dingri, Tashi Dundup, aseguró que se están llevando a cabo evacuaciones para proteger a los habitantes de las réplicas del terremoto.
