Gaza: Que ha dejado cinco meses de guerra en Hamás y el ejército de Israel

Después de más de 155 días de Guerra en Gaza se han reportado más de 30.800 personas fallecidas

La esperanza para alcanzar una tregua entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza se va desvaneciendo poco a poco, con más de cinco meses de conflictos se han reportado decenas de miles de muertos.

Israel sigue bombardeando el territorio palestino y, según el gobierno de Hamás, 83 personas fallecieron en las últimas 24 horas. La guerra comenzó el 7 de octubre tras el ataque sin precedentes del movimiento islamista palestino en suelo israelí, en el que murieron unas 1.160 personas, la mayoría civiles.

Israel prometió «aniquilar» a Hamás, en el poder en Gaza desde 2007, y lanzó una campaña militar que, por el momento, ha causado 30.800 muertos, sobre todo mujeres y menores, según el último balance del ministerio de Salud del territorio controlado por Hamás.

En este exiguo enclave, completamente asediado por Israel, unos 2,2 millones de personas, según la ONU, la inmensa mayoría de la población, está al borde de la hambruna. La situación es muy grave en el norte, donde los combates y los saqueos hacen casi imposible que llegue la ayuda humanitaria.

Según Israel, 130 rehenes siguen cautivos en Gaza, de los que 31 habrían fallecido, de las cerca de 250 personas secuestradas el día de los ataques. Pero Hamás reclama, antes que nada, un alto el fuego definitivo, la retirada de las tropas israelíes de Gaza, la reconstrucción del territorio y el regreso de cientos de miles de civiles desplazados.

Israel asegura que su ofensiva seguirá hasta la eliminación del movimiento islamista y le exige que suministre una lista con los rehenes que siguen vivos en Gaza. Hamás dice que ignora cuáles están «vivos o muertos».

Más de 1.500 casas y edificios quedaron “destruidas o muy dañadas», declaró la Defensa Civil. Los soldados también asolaron «todas las redes de agua, alcantarillado, electricidad, comunicaciones y carreteras», añadió.

El ejército israelí bombardeó más de 30 veces Rafah y el barrio de Hamad de Jan Yunis, y también el centro y norte del territorio, informó el servicio de prensa de Hamás. Israel anunció que su ejército «proseguía sus operaciones contra infraestructuras terroristas en Jan Yunis y en el centro de la Franja de Gaza».

Para conseguir una «victoria total», Israel dijo que está preparando una ofensiva terrestre en Rafah, una ciudad en el extremo sur de Gaza, junto a la frontera cerrada de Egipto. En ella se hacinan, según la ONU, casi 1,5 millones de palestinos, en condiciones terribles.

Mientras tanto, la ayuda humanitaria, que depende de la autorización de Israel, entra con cuentagotas en el territorio palestino desde Egipto. Al menos 20 civiles, la mayoría niños, han muerto por malnutrición y deshidratación, según el gobierno de Hamás.

Ante las dificultades para entregar ayuda humanitaria por tierra, varios países, entre ellos Estados Unidos, Jordania y Francia, empezaron a lanzar alimentos desde aviones en el norte del territorio, una solución considerada insuficiente y peligrosa por las organizaciones.

Pero la guerra parece ir más allá, en cinco meses la crisis económica comienza a aparecer. Según cifras oficiales, dadas a conocer por la Oficina Central de Estadísticas de Israel, el 19 de febrero pasado, la producción económica se contrajo bruscamente en los últimos meses de 2023.

El producto interno bruto (PIB) (un indicador clave de la riqueza de una nación), cayó un 19,4% anual en el cuarto trimestre del año pasado, cuando comenzó el conflicto con Hamás.

A esto, se suma la decisión de la reconocida agencia crediticia Moody’s de rebajar la calificación crediticia de este país, a principios de febrero, argumentando riesgos políticos y fiscales, además de un supuesto aumento en la debilidad de sus instituciones debido a la guerra en Gaza.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, señaló que la economía de su país “es fuerte” y que la calificación “no tiene nada que ver con la economía, sino que se debe enteramente al hecho de que estamos en guerra”.

Además, la Oficina Central de Estadísticas afirmó que la caída del PIB se da en momentos en que alrededor de 250.000 personas han sido llamadas a pelear en la guerra, abandonando sus lugares de trabajo y negocios.

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