Para acceder a este servicio de VPN, se necesita una suscripción al plan de Google One de 2 TB, que está disponible por 9,99 euros al mes y se puede compartir con hasta 5 personas. La VPN para Mac quiere tener instalado al menos la versión macOS Big Sur y es compatible con equipos x86 y ARM, mientras que en Windows lo mínimo que exige es Windows 10.
Tal y como asegura Google, la VPN utiliza una tecnología «avanzada e integrada» que garantiza que nadie pueda relacionar la actividad ‘online’ con la identidad del usuario mientras esta esté activada. Además, también resalta su rendimiento de alta velocidad, ya que la VPN de Google One está respaldada por la arquitectura de redes de Google.
Al igual que su función en los teléfonos móviles, con esta red privada se oculta la dirección de Protocolo de Internet (IP) que identifica un dispositivo en Internet y, así, no se rastrea la actividad ‘online’ de los usuarios. En su lugar, se asigna una dirección IP al dispositivo basada en la ubicación para poder navegar con contenido adecuado al lugar en el que se encuentre el usuario.
No obstante, no permite que los sitios web obtengan la información de la ubicación por lo que no pueden determinar en qué país, zona o región se encuentra el usuario. Asimismo, se puede configurar para que ciertas aplicaciones ignoren la VPN y naveguen de forma normal con conexión estándar.