Guardianas de la libertad: un colectivo afrouruguayo que lucha por la memoria

Una investigación de la Udelar colabora con colectivo de personas afrouruguayas expulsadas de los conventillos “Mediomundo” y “Ansina”.

Noelia Maciel, parte de la Coordinadora Nacional Afrouruguaya. Olguita Celestino, representante del colectivo “Volver a mi barrio”. Camila Chury, Licenciada en Trabajo Social. Ana Laura de Giorgi, Docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales.

Olguita Celestino representa al colectivo “Volver a mi barrio“. Un grupo conformado por familias afrouruguayas desplazadas por la fuerza de los conventillos “Mediomundo y “Ansina”. Los conventillos, ubicados en Cuareim y en el barrio Reus al sur, fueron desalojados a través de una compleja trama organizada por el Terrorismo de Estado entre los años 78 y 79.

En sus cuatro años de actividad «Volver a mi barrio» ha sido apoyado por la Institución de Derechos Humanos, la Udelar, organizaciones afrouruguayas, el MIDES y la Secretaría de Equidad Étnico Racial y Poblaciones Migrantes de la Intendencia de Montevideo, entre otras instituciones.

El relato histórico dijo que  los conventillos “Mediomundo y “Ansina” eran ocupados. Hoy se sabe, gracias al colectivo que coordina Celestino, y al aporte de investigaciones universitarias, como la llevada a cabo por la investigadora y docente de Facultad de Ciencias Sociales de la Udelar, Ana Laura de Giorgi, que en esas casonas vivían personas que pagaban por sus alojamientos. Han pasado poco más de 40 años del hecho.  Las personas desalojadas continúan peleando por sus derechos.

La investigación universitaria al servicio de la sociedad

Ana Laura de Giorgi es Doctora en Ciencias Sociales y la coordinadora del proyecto “Somos las nietas desplazando al olvido. Mujeres afrouruguayas y Terrorismo de Estado”. Una iniciativa apoyada por el Centro Interdisciplinario de Estudios Feministas (CEIFem) de la Universidad de la República.

El proyecto ha posibilitado la realización de talleres, centrados en la memoria afrouruguaya, a partir de los cuales muchos vecinos y vecinas hablaron por primera vez de sus experiencias en los conventillos “Mediomundo” y “Ansina”. Así como de sus posteriores desalojos. Según de Giorgi se trató de una experiencia movilizadora e interpelante para la Universidad y las personas que forman parte del colectivo. Uno de los resultados obtenidos fue la producción del documental “Volver a mi barrio”, un audiovisual de Leticia Rodríguez Taborda en conjunto con la Udelar, y las personas desalojadas en dictadura.

Memoria, Justicia y Reparación

Según Ana Laura de Giorgi, uno de los objetivos que esperan a mediano y largo plazo, es el de la reparación a estas personas por “delitos, y desplazamientos forzados ocurridos en el marco del terrorismo de estado.”

La investigación desarrollada ayuda a comprender, señala de Giorgi, que se trata de personas que “no solo perdieron su casa. Perdieron un barrio. Perdieron trayectorias educativas. Perdieron trayectorias laborales. Se desarmó una comunidad.” El relato histórico dice que se les tiró la casa abajo, pero al decir de la investigadora, no se trató de eso, sino que se “les tiró la vida”.

La historia se reconstruyó casi de cero. A través de relatos, fotos, cedulones de desalojo, recibos de alquiler guardados por los vecinos y vecinas, que dan cuenta de la vulnerabilidad de derechos sufrida.

Caracterización de las personas afrodescendientes afectadas

Una de las líneas del proyecto ayudó a construir una “Caracterización de las personas afrodescendientes afectadas”. Esa caracterización fue llevada adelante por la Lic. En Trabajo Social Camila Chury.

Chury señala que se buscó describir el perfil sociodemográfico de las personas que en el año 78 y 79 fueron desplazados de “Mediomundo y “Ansina”. Es decir, sacar una “foto” de ese momento.

A través del encuentro con el colectivo “Volver a mi barrio”, se lograron recabar datos cualitativos y cuantitativos. Por ejemplo en el caso de “Mediomundo”, se consiguieron datos exhaustivos que permiten discernir entre número de hombres y mujeres, niños, niñas y adolescentes. Así como datos de personas que se encontraban trabajando en el barrio o fuera de él.

Con un margen de error, de entre 20 y 30 personas, hoy se puede saber que del conventillo “Mediomundo” fueron desplazadas de manera obligada unas 140 personas, entre las cuales se encontraban unas 31 mujeres y unas 65 niñas, niños y adolescentes. Por el momento los datos recabados sobre el conventillo “Ansina” son menos exhaustivos, aunque se continúa investigando.

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