Tres meses después, la guerra en la Franja de Gaza entre el ejército israel y Hamás continúa y ambos bandos aseguraron que está lejos de terminar. Por ahora los constantes ataques sobre la zona han dejado cifras devastadoras, más de 22.600 personas muertas y los heridos llegan a los 57.
910, de acuerdo al ministerio.
El número de personas desplazadas por la guerra en Gaza supera los dos millones, la mayoría de la población de la Franja palestina, de unos 2,4 millones de habitantes, denunció el Gobierno del enclave.
La destrucción de infraestructuras por los ataques del Ejército de Israel, muchos de los cuales son imposibles de reparar, agrava aún más la aguda crisis humanitaria, según un comunicado del Gobierno gazatí.
En las últimas 24 horas, al menos 162 personas murieron y 296 resultaron heridas como resultado del último ataque del Ejército de Israel, informó el Ministerio de Sanidad de la Franja palestina.
“La ocupación israelí comete 15 masacres contra familias en la Franja de Gaza, dejando 162 mártires y 296 heridos durante las últimas 24 horas”, según un comunicado del ministerio, controlado por el grupo islamista Hamás.
Las dos naciones están separadas actualmente por la denominada Línea Azul, una suerte de frontera de facto temporal establecida por la ONU en el año 2000 para marcar la línea de repliegue a la salida de las tropas israelíes que habían ocupado el sur del Líbano hasta aquel momento.
El estallido del reciente conflicto en el enclave palestino desató también un intenso intercambio de fuego entre Hezbolá y el Estado judío en las áreas fronterizas entre ambos países, paralizando el supuesto diálogo y desatando los miedos a una nueva guerra entre las partes.
Mientras tanto la frontera israelí-libanesa vive su mayor tensión desde la guerra que libraron Hizbulá e Israel en 2006, a raíz de un recrudecimiento de las agresiones por parte de milicias propalestinas al día siguiente del estallido de la guerra entre el grupo islamista Hamás e Israel en Gaza el pasado 7 de octubre.
Las hostilidades se han incrementado aún más tras el bombardeo que mató en Beirut a Saleh Al Arouri, jefe adjunto de Hamás, en una acción atribuida a Israel, que no reconoció ni negó la operación.
Por otra parte, el líder del grupo chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralla, consideró hoy que su batalla contra Israel sirve para equilibrar la balanza de poder y abrió una “oportunidad” para que el Líbano recupere territorios disputados en futuras negociaciones, que condiciona el previo fin de la guerra de Gaza.