La hipoacusia, también conocida como pérdida auditiva o sordera, es una alteración sensorial que se manifiesta en la falta de capacidad para oír sonidos, obstaculizando el desarrollo del habla, el lenguaje y la comunicación.
La pérdida auditiva puede ocurrir desde el instante del nacimiento (causas inherentes), y también puede ocurrir a cualquier edad (causas adquiridas). Dentro de las causas congénitas se incluyen elementos hereditarios o no hereditarios; problemas durante la gestación o el parto, como la ausencia de oxígeno al nacer, ictericia severa durante el periodo neonatal y bajo peso al nacer. Adicionalmente, infecciones que la madre haya padecido durante el embarazo, como la rubéola o la sífilis; o también la utilización incorrecta de ciertos medicamentos durante la gestación (como aminoglucósidos, fármacos citotóxicos, antipalúdicos y diuréticos).
Entre las causas adquiridas, se destacan: el envejecimiento; padecer infecciones crónicas del oído; en los niños, la otitis media crónica es una causa frecuente; sufrir enfermedades infecciosas como la meningitis, el sarampión y la parotiditis; la obstrucción del conducto auditivo por cerumen o cuerpos extraños, entre otras.
Durante la fase previa al desarrollo del lenguaje, puede que no existan síntomas, pero sí existen algunas señales de alerta, como la ausencia de respuesta del niño ante ruidos intensos; el bebé no balbucea o deja de hacerlo. En diferentes fases de la vida, la pérdida auditiva puede presentarse con síntomas como: dificultades para seguir un diálogo entre dos o más individuos; problemas para oír en entornos con alto nivel de ruido; dificultades para distinguir sonidos potentes. En ocasiones puede generar una sensación de desequilibrio o vértigo, una sensación de presión en el oído o un zumbido. El tratamiento de la hipoacusia depende de la causa, el grado de la pérdida auditiva y las necesidades de cada persona. Se puede tratar con audífonos, que amplifican el sonido para que sea audible, o se pueden realizar implantes cocleares, entre otros.
