Histórico: A las 22.29 horas el Senado transformó en ley el proyecto de eutanasia

El Senado aprobó anoche por 20 en 31 el proyecto bautizado “muerte digna”; contó con los 17 votos del FA, dos del Partido Colorado y uno nacionalista.

Legisladores que votaron aplauden y miran hacia las barras donde había partidarios de la ley.

A las 22.29 horas, el Senado transformó en ley el proyecto de ley de eutanasia o “muerte digna” que despenaliza la muerte asistida bajo ciertas condiciones, por 20 votos en 31, y en esta jornada se comunicará al Poder Ejecutivo para su promulgación y publicación en el Diario Oficial. La iniciativa contó con los 17 votos del Frente Amplio, dos del Partido Colorado (Ope Pasquet, uno de los promotores del proyecto y Heber Duque, suplente de Andrés Ojeda) y la nacionalista Graciela Bianchi. Sobre el final de la sesión, la presidencia del Senado solicitó el desalojo de las barras.

La norma se votó tal como vino de la Cámara de Representantes. En agosto, la Cámara de Diputados había aprobado el proyecto, con 64 votos a favor en 93 legisladores presentes. Este proyecto, que llevaba varios años de discusión y modificaciones, regula el procedimiento de eutanasia en casos especiales de enfermedades terminales o incurables, y cuando el paciente así lo resuelve en el uso pleno de sus facultades. El senador Pedro Bordaberry presentó una serie de aditivos que fueron rechazados (8 en 31 votos). Uruguay es el tercer país de América Latina que legisla sobre este tema. Colombia despenalizó la eutanasia en 1997 y Ecuador se sumó el año pasado, en ambos casos con fallos de Corte.

En Diputados fue aprobado con el voto del Frente Amplio y varios legisladores del Partido Nacional y el Partido Colorado, que votaron divididos. También lo hizo el diputado del Partido Independiente.

Votaron en contra varios diputados blancos y colorados, así como los de Cabildo Abierto e Identidad Soberana.

El proyecto llegó finalmente al Senado para su aprobación definitiva. En el Senado, el Frente Amplio contaba con mayoría así que se descontaba su aprobación.

Pasquet participó del plenario de este miércoles, debido a que su correligionario Robert Silva le cedió su lugar para que argumente por el proyecto del que fue principal impulsor.

En su palabra, aseguró que se trata de un proyecto que permite a las personas «que padecen sufrimientos insoportables por causas de enfermedades incurables, decidir libremente acerca del final de su vida y contar con la ayuda médica para ejecutar su decisión. La ley es necesaria, porque hay personas sobre las que recayó la desgracia de una enfermedad para la que la ciencia no tiene cura, que saben que no hay luz al final del túnel y que mientras esperan ese final, sufren terribles dolores físicos, sufren moralmente porque pierden autonomía y necesitan de otros para todo».

Afirmó que «la pregunta crucial es si una persona adulta y en su sano juicio tiene derecho a morir cuando lo decida o tiene el deber de vivir hasta que le llegue la muerte natural».

«Nuestra propuesta no le impone nada a nadie. Respeta la pluralidad de opiniones y creencias sobre este asunto», insistió Pasquet. «Es libertad para elegir, eso es lo que reclamamos. El que quiera eutanasia que la pida, y el que no la quiera, que la rechace. No va a venir ninguna autoridad a clasificar a los pacientes en eutanasiables y no eutanasiables. Esta es una falsedad que se ha repetido una y otra vez. La decisión es absolutamente privativa de la persona de cuya vida se trata. Si está en la situación prevista por la ley se dará trámite a su pedido y si no, no», remarcó y se refirió también a la libertad del equipo asistencial con su objeción de conciencia.

Según esta norma, un médico deberá certificar que se dan las condiciones previstas en la ley, en cuanto a la enfermedad incurable, en etapa terminal, o con un sufrimiento tal que no se puede reducir ni eliminar.

Si ese médico no está convencido de que el paciente reúne las condiciones para habilitar la eutanasia, se puede convocar a un segundo profesional para que evalúe la situación.

En caso de opiniones divergentes entre los dos médicos ya citados, entonces se habilita la consulta a un ateneo médico para que resuelva si corresponde o no el procedimiento de muerte asistida.

La ley establece la objeción de conciencia del médico, esto significa que el profesional convocado para resolver y aplicar la eutanasia puede negarse si así lo desea.

Desde el Frente Amplio aportaron al proyecto que se vota hoy. Uno de los defensores del proyecto es Daniel Borbonet y afirmó que su posición es por «la libertad, la dignidad y la autonomía de las personas que a través de este proyecto de ley, que fue resultado de un proceso extenso, serio, democrático y deliberativo, puedan decidir como un derecho lo que ellos desean hacer».

«Este proyecto no obliga a nadie, ofrece una alternativa que hoy no hay», sostuvo y respaldó que es un proyecto garantista.

Por su parte, el senador blanco, Javier García, cuestionó la denominación de «muerte digna» al proyecto. «La pregunta es bajo qué parámetros se fija la indignidad al morir. Quién es la autoridad política, jurídica, médica que determina que una vida es indigna. Cuál es el parámetro, cuál es el protocolo», sostuvo y cuestionó el concepto de libertad aplicado por quienes están a favor del proyecto.

«Una persona enferma tiene su libertad limitada, cualquiera, no es verdad que todos tenemos la misma libertad. El que está sano y el que tiene un cáncer tienen libertades diferentes», dijo. «El Estado no debería hacerse cargo de la muerte sin hacerse cargo de la vida. La ley tendría que tener la misma potestad para ofrecer la capacidad de vivir que la que ofrece el proyecto de ley actual», agregó.

Aseguró que «no ofrece garantías» ni para el paciente ni para el equipo de salud, por poder ser «sometido a un jurado». En ese sentido cuestionó que se actúe después de que se produzca la muerte.

Es «una ley mala desde el punto de vista técnico, que tiene muchas y graves inconsistencias, que evita derechos, que quita derechos y que pone al equipo médico y al equipo de salud en un riesgo muy importante».

La historia de Marta

Uno de los momentos más emotivos se dio durante la intervención del senador del Frente Amplio, Gustavo González, quien relató la historia de Marta, una mujer que “quiso vivir y que quiso morir”, con una enfermedad oncológica que avanzó y trastocó la vida de la familia, sus dos hijos chicos y su esposo. Sobre el final del relato, el legislador socialista reveló que Marta era su madre y que sufrió hasta el último día. González defendió la ley y dijo que hoy tiene la posibilidad de levantar la mano para que no haya más niños sin niñez y adolescentes sin adolescencia y para los que sufren una enfermedad terminal  puedan decidir sobre su cuerpo.

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