Con la recién aprobada Rendición de Cuentas, se incorporó a la oferta de educación superior del país a las Intendencias Departamentales como un nuevo proveedoren capacidad de poder formar profesionales de nivel superior, tanto de nivel terciario como de nivel universitario. El artículo 255 de la Rendición agrega al modificar el artículo 51 de la Ley Nº 18.437/2008 (Ley General de Educación), una nueva facultad y cometido del MEC, como es el“reconocer el nivel académico de las carreras de nivel terciario, universitario o no universitario, vinculadas a la cultura (arte, música y teatro), dictadas por los Gobiernos Departamentales, así como a inscribir sus títulos en el Registro respectivo”. La norma que debe ser reglamentada, abre un nuevo camino en la educación superior, y especialmente en la regionalización, pero como departamentalización.
La falta de educación superior (tanto terciaria como universitaria) en el interior del país, es uno de las causas de la desigualdad social y de las asimetrías económicas. Ello ha reforzado históricamente el centralismo de Montevideo y un desarrollo del interior centrado en el uso de la tierra con escasa incorporación de conocimiento. Los salarios, la calidad de vida, el tipo de empleo y las oportunidades de vida en el interior han sido impactados negativamente por esta situación. El fracaso en los proyectos históricos de creación de una nueva Universidad en el Interior y la lentitud y el retraso de la regionalización unido al reforzamiento del monopolio montevideano de la UDELAR ha reafirmado por muchísimos años las enormes desigualdades y asimetrías económicas y sociales.
En las últimas décadas se ha iniciado una lenta reversión de estas desigualdades a través de una diferenciada regionalización de la educación superior, a través de los siguientes caminos:
a. Regionalización de la UDELAR mediante la instalación de sedes en el interior. Iniciando en Salto en 1957 con cursos universitarios de Derecho y jornadas de verano, con apoyo de la Diócesis en 1970 mediante comodato de la exsede del Seminario, en 1976 (luego de un cierre) con inicio de clases en cuatro carreras, desde 1986 con la estructuración como Regional Norte hasta llegar al impulso desde el 2009 al 2015 con la formulación de una política más amplia, agregación de otros centros regionales en el interior y una vigorosa inversión en construcción, equipamiento, radicación de docentes y (aunque muy acotadas) nuevas ofertas de enseñanza.
b. Regionalización a través de la creación de Institutos de Formación Docentes y especialmente desde 1995 con la creación de cinco Centros Regionales de Profesores (CERP) por la ANEP, acompañados de becas para estudiantes y traslado de profesores mediante incentivos para su radicación.
c. Creación de universidades privadas en Montevideo desde 1985 y especialmente desde 1995, que posteriormente iniciaron la apertura de sedes en el interior, y habilitación de Institutos Universitarios del interior desde los años 2000.
d. Creación de la Universidad Tecnológica del Uruguay (UTEC) en el 2012 que actualmente alcanzó a tres polos en el interior (Instituto Tecnológico Regional (ITR) Suroeste (Río Negro, ex- Anglo), ITR Centro-Sur (Durazno ex hospital Emilio Penza) eITR Norte (Polo de Educación Superior en Rivera, con un modelo de campus que comparte con UdelaR, CFP-UTU y CFE, y que proyecta en su PlanEstratégico 2021-2025, instalarotro ITR en el Este.
En este nuevo escenario que se está conformando lentamente, y que se está expresando en el crecimiento de la matrícula del interior, aun es altamente desigual en relación a la distribución poblacional del Uruguay, y requiere su mayor incentivo para reducir las asimetrías y las injusticias del derecho a la educación, tanto en relación al ingreso, a la elección y a los tipos de egreso. El nuevo marco normativo al incorporar la facultad de ofrecer educación superior a los gobiernos Departamentales, no solo contribuirá aaumentar la oferta a escala regional, sino que apunta además a que sean las propias Intendencias Departamentales quienes oferten. No es esto sólo una regionalización de la educación superior desde instituciones nacionales, sino además una departamentalización de la gobernanza y la gestión, y que implica un mayor empoderamiento y pertinencia local. La regionalización de la educación superior, sin empoderamiento, sin estructuras, actores y pertinencias locales, no anula completamente las asimetrías y desigualdades existentes en la educación superior, y muchas veces por ende no logra la calidad. El desarrollo de la educación superior local implica empoderamiento mediante docentes, estructuras, gestiones, normativas y miradas locales, más allá de tener enfoques globales para no encerrarse en un “criollismo localista”.
La creación de universidades e instituciones de educación superior, en el segundo nivel de organización de los Estados nacionales y en red, se ha constituido en unparadigma de vital importancia para el desarrollo en todos los países. Ello impulsa los circuitos y redes locales, gobernanzaspropias, aumento de funciones y cometidos en los niveles intermedios de organización de las sociedades y reforzamiento de lógicas de empoderamiento y pertinencia. En países federales como Brasil o México, o incluso Argentina, las universidades estaduales son eje del desarrollo económico y social equilibrado y sustentable. En Brasil, las mejores universidades del país son Estaduales e incluso existen Universidades y Facultades municipales, en el tercer nivel de los Estados. En Argentina la creación de universidades provinciales ha sido un proceso lleno de tensiones políticas entre el centralismo porteño y las fuerzas autonomistas, que muchas veces ha matado los empoderamiento locales ante el poder porteño nacional. Ello ha estado presente en Uruguay y hoy se ha superado. A escala regional se están impulsando nuevos eje de la regionalización de la educación superior más descentralizados y empoderadosa través del ingreso de los gobiernos departamentales a la oferta superior. En tal sentido es muy positiva esta iniciativa del Gobierno de creación de un marco institucional para reconocer los títulos y procesos académicos de las carreras de nivel superior dictadas por los Gobiernos Departamentales, bajo un sistema como el que se lleva a cabo con las ofertas de las instituciones públicas no autónomas (formación docente, policial, militar y artística), y que además está conformando una nueva arquitectura reguladora muy interesante. Sin embargo es éste aúnun marco acotado al limitarse a carreras vinculadas a la cultura (arte, música y teatro), existiendo demandas más urgentes. Pero es un inicio significativo. El Congreso Nacional de Intendentes debe tomar este tema bajo su atención y cuidado para ampliarlo e impulsarlo.claudiorama@gmail.com