La nueva tecnología que detecta de manera eficaz y rápida la resistencia a los antibióticos viene de la mano de investigadores holandeses. Estos científicos percibieron los movimientos que realizan las bacterias por medio de una membrana sensible. Con estos datos podrán crear nuevas estrategias para la detección temprana de la resistencia a los antibióticos en las bacterias causantes de diversas infecciones.
Los creadores son un tanto ambiciosos y creen que su sistema podría ser muy útil en el futuro y podría cambiar la manera en que se realizan las pruebas de detección de bacterias resistentes. De un tiempo a esta parte, las bacterias se han vuelto cada vez más resistentes a los antibióticos. Y este es un problema con el que tiene que lidiar la medicina moderna. Cada vez más pacientes mueren por consecuencias de infecciones intrahospitalarias que no estaban en agenda de los médicos. ¿Cómo se puede revertir esta situación?
Los expertos concuerdan en que serán necesarios fármacos más potentes que acaben con las bacterias resistentes. Pero también haría falta concientizar a las personas para que cumplan sus tratamientos a rajatabla. De esta manera, quizás se pueda combatir la resistencia a los antibióticos. Por otro lado, investigadores de la Universidad Tecnológica de Delft, en Holanda, decidieron aportar su grano de arena para aliviar esta problemática global. El nuevo avance que proponen estos científicos utiliza grafeno y nanotecnología para estudiar el comportamiento de las bacterias resistentes.
Los investigadores crearon unas membranas altamente sensibles que poseen la capacidad de detectar el movimiento de las bacterias. En concreto, son capaces de percibir los sonidos que estas realizan mientras se mueven. Los creadores del estudio explican la importancia de oír a las bacterias. A partir de estos datos los científicos pueden saber si estas están vivas o muertas. En el momento en el que se aplican los antibióticos, por lo general, las bacterias mueren. En cambio, si se trata de bacterias resistentes entonces continuarán vivas.
Oír a las bacterias fue posible gracias al grafeno. Este material es a base de carbono cuyas capacidades fueron descubiertas en 2004. Los investigadores detrás de este descubrimiento fueron Konstantin Novoselov y Andre Geim. En ese entonces lo bautizaron “material maravilla” por sus múltiples capacidades. El grafeno es muy flexible y destaca por su transparencia. Además posee alta resistencia, es conductor de electricidad y por sobre todo es muy económico. Todas estas cualidades lo convirtieron en el elegido ideal para el nuevo experimento con bacterias.
Por medio de un material tan sensible como el grafeno, los investigadores pudieron estudiar las bacterias E. coli, B. Subtillis, entre otras. En todas ellas pudieron detectar los sonidos de supervivencia a los antibióticos.