Jiangsu: un viaje de 6 días, 5 ciudades y mucha tradición

Una forma muy sensible y cercana de conocer China más allá de Beijing.

Diario La R recorrió las calles de Jiangsu, una provincia ubicada en la costa este de China, llena de historia y paisajes, donde se desarrolla la agricultura y un sistema industrial y económico nacional relativamente completos. Durante nuestra estadía visitamos cinco de sus ciudades: Changzhou, Wuxi, Suzhou, Nantong y su capital provincial, Nanjing, que fue la capital del sur del gigante asiático durante la dinastía Ming (1368-1644) y la capital bajo el gobierno nacionalista (1928-49).

Es difícil verlo todo cuando el tiempo es tan corto, pero mientras que las ansias del turista sean más grandes cada segundo se administra para poder abarcar lo suficiente. Seis días y cinco ciudades fue nuestra agenda, que inició arribando en Nanjing y aunque llegamos en la tarde con la mayoría de las actividades de interés por cerrar, corrimos hacia el Memorial a las víctimas de la masacre de Nanjing, asedio ocurrido a finales de 1937 por el ejército japonés contra la población china. Si bien esta visita es cruda y deja un sentimiento de injusticia, debe entrar en la lista de lugares a conocer cuando uno viaja a China y por eso, realizamos una nota hablando sobre nuestra experiencia, entonces solo puedo decir ahora, que valió la pena correr por esa única media hora de visita y agradecer a quienes hicieron posible que se agilizara nuestra llegada.

Cada día tenía actividades específicas preparadas por parte de la Oficina de Prensa del Gobierno Popular Provincial de Jiangsu y el Centro de Información de Prensa de la Agencia de Noticias Xinhua de China, que incluía desde templos, paisajes, parques, muelles a empresas, no todo nuestro recorrido entra en una nota sola, pero es necesario hacerle justicia a la mayoría.

Nuestra agenda oficial inició un lunes muy temprano con una ceremonia de bienvenida en la Pagoda de Porcelana de Nanjing, el templo más antiguo de la historia del país, que con sus 78,2 metros de altura es uno de los grandes iconos de la China medieval. Este lugar posee un museo que te transporta a toda su historia, desde su demolición y su reconstrucción a los hallazgos de estatuas de Buda y demás reliquias de la antigua torre. Es cierto que cada museo tiene su impronta, con este lograron hacer que el recorrido sea muy dinámico y variado, donde el tiempo transcurre y uno no se da cuenta, porque cada sala parece mágica, con muestras iluminadas o posicionadas de formas muy particulares, que te hacen asombrarte e interactuar.

Ese día cerramos visitando el Grupo de Acero de Nanjing, la empresa siderúrgica con la mayor producción nacional de placas y la primera fábrica inteligente del mundo especializada en el procesamiento de acero resistente. Si bien esta visita puede resultar muy diferente a la anterior, no todos los días uno puede observar y sentir el proceso de creación de algo, uno acostumbra a ver el producto acabado, pero tener la oportunidad de estar presente en algunos de sus procesos de creación es igual de asombro que visitar la Pagoda, dos actividades totalmente diferentes pero que captan la atención de quien las realiza. Voy a recordar siempre nuestro asombro al sentir el calor de las placas siendo procesadas y nuestras caras pegadas a la ventana para observar cada detalle.

El martes transcurrió de la misma forma con diferentes actividades, pero esta vez en la ciudad de Changzhou, donde pudimos recorrer la carretera Liyang 1 que en su totalidad alcanza los 365 kilómetros y es una de las diez carreteras rurales más bellas del país. De este día voy a destacar dos actividades específicas, una de ellas fue nuestra interacción con la cultura del té, donde nos enseñaron a prepararlo, servirlo e incluso gravarlo, pasos que llevan un arte consigo que es muy diferente al que acostumbramos. La asegunda es nuestra visita al Mar de Bambúes de Nanshan, cuya vista y tranquilidad hacen que la estadía en el parque sea como un abrazo muy cálido, con un paisaje cubierto por Bambú, uno de los elementos más importantes de la cultura china, lagos y caminos con parajes que ofrecen vistas increíbles, con edificaciones antiguas que se mezclaban en un entorno muy ecológico. Hay un sector con estatuas de los 12 animales que componen el horóscopo chino y al final, en la cima, pandas, haciendo de las suyas, comer y dormir.

Nuestro miércoles transcurrió en Wuxi, donde recorrimos el Parque Nacional de Industria Cinematográfica Digital y nos sentimos dentro de una película a medida que caminábamos por diferentes escenografías, comprendiendo cada detalle de armado y montaje. Además, visitamos el Centro de servicios de operaciones: WeRide y Robobus, el primer lugar piloto nacional de red de vehículos, en términos de transporte público, no tripulados de microcirculación inteligente, donde tuvimos la oportunidad de transportarnos en uno de ellos por la ciudad, sintiéndose como un sueño, cuando hay películas futurísticas que implementan este tipo de transportes y nos parecía algo tan lejano, pero que ya no lo es. Por la noche salimos a descubrir la ciudad de Suzhou, dando con una de las zonas más atractivas y concurrida, sus canales, que bajo luces tenues y una decoración muy cuidadosa se observaban casas tradicionales que descansan a la par de los canales y muchas actividades por hacer, pero el simple hecho de caminar por esas calles estrechas fueron una de las cosas más bonitas que hice en China y que más me llevaron a sentir su cultura.

La semana va finalizando y el jueves visitamos el Jardín de Permanencia (Liuyuan), uno de los cuatro más famosos del país, construido originalmente durante la dinastía Ming. Su descripción dice que se destaca por su disipación de paisajes acuáticos y montañosos, adecuados para vivir o visitar, pero yo diría mucho más que eso, es tener a la naturaleza haciendo armonía con la arquitectura de tu hogar. No sé nada de arte de jardines, pero nunca había visto una mezcla tan hermosa. Luego recorrimos varias empresas y parques industriales que se han vuelto ejemplo de desarrollo de la ciudad y finalizamos nuestra jornada, alojados en una hermosa área que representaba un pueblo de Alemania.

Nuestro último día cerró visitando empresas y un muelle donde se ubica el Puerto de Lvis, uno de los seis principales puertos pesqueros del país, con una captura anual de productos marítimos que representan un tercio de la provincia de Jinagsu. Como despedida fuimos al Parque de Atracciones Inmersivas Qitangcheng, donde caminamos por una calle antigua al estilo de la dinastía Tang y nos vestimos con ropas tradicionales (un detalle que te sumerge en la esencia del país), observamos una obra en un teatro al aire libre y otras actuaciones durante el recorrido y participamos de varios juegos inmersivos, como tiro con arco. El viaje finalizó con nuestras energías agotadas, pero con varios recuerdos a contar y un consejo que dar, si bien Beijing proporciona un turismo maravilloso, China posee provincias que te empapan mucho más en cada detalle que compone al país.

Jiangsu es una provincia tan variada, que no importa qué clase de atracción turística quieras experimentar, porque de seguro en ella la encontrás, pero, sobre todo, se te graba en la memoria sus calles llenas de arquitectura tradicional, sus luces tenues posicionadas en una forma muy particular que decoran la ciudad y su presente naturaleza, que por donde mires está esa mezcla ideal de paisaje natural, urbano e historia, sus ciudadanos cumpliendo con sus laborales

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