El expresidente José Mujica votó ayer sobre las 8 de la mañana en la Escuela 188, situada en la intersección de Cibils y Mirunga. “Los viejos votamos temprano”, dijo, y al ser consultado sobre si las elecciones deberían ser obligatorias dijo “para mí tienen que serlo, porque si me obligan en la Nacional a votar, me obligan a votar por alguien que no me obligaron a elegir. Es una contradicción”.
Sobre su participación en la campaña electoral apesar de su estado de sallud dijo «no hice nada. Al lado de lo que he hecho es una pavada. Yo milito desde que tenía 14 años y me voy a morir militando.
Por su parte la exvicepresidenta, Lucía Topolansky, también votó a primera hora acompañada de Mujica. “Capaz que en Uruguay va a llegar un momento en que, si no hay muchos nacimientos, las elecciones antes del mediodía estén jugadas. Porque los veteranos cumplimos, lo tenemos muy incorporado”, manifesto Topolansky y agregó “yo veía mientras votaba Pepe que llegaban con bastón, pero entraban a votar; no somos de hacerlo al último minuto, de la inmediatez». Y tambiém hizo referencia al tema de la obligatoriedad de las elecciones señalando “es el único punto del proceso electoral que no lo es. El que no quisiera pronunciarse, tiene la posibilidad de hacerlo en blanco y está bien porque eso se cuenta. Ahora, el que no viene porque se le ocurrió algo y después patea contra el resultado, a llorar al cuartito”.
Ya es sufientemente anacrónico y estúpido que las Nacionales sean obligatorias, para además hacer las «internas» obligatorias también.
Las elecciones tienen que ser libres y voluntarias. Es una contradicción decir que son libres, pero si no votas eres castigado de alguna manera.
La conciencia cívica del ciudadano debería fortalecerse desde las aulas. La gente tiene que pensar, evaluar y elegir. No con circos mediáticos en los que ofrecen «el oro y el moro» por el voto (al estilo Lacalle Pou en su cierre de campaña ¿recuerdan?).
El que dirigentes de izquierda y derecha hablen de conciencia cívica del uruguayo es hablar en vano, porque nadie puede hablar de conciencia cuando hay un castigo de por medio.
Si la gente no participa es cuestión de averigüar cuál es la razón y atacar el origen para revertir la situación