La asunción de la Dra.Cristina Lustemberg como ministra de Salud Pública en Uruguay llega en un momento crucial

Uno de los desafíos que enfrenta la nueva ministra es la necesidad de abordar las desigualdades en el acceso a la atención médica de salud mental.

La reciente asunción de la Dra.Cristina Lustemberg como ministra de Salud Pública marca un momento crucial en un contexto de desafíos significativos para el sistema de salud del país. En medio de la crisis  de  dificultades que enfrenta CASMU, una de las tres principales instituciones de salud privada, Lustemberg se enfrenta a la tarea de encauzar esa crisis teniendo en cuenta que es una institución intervenida y su presidente y gerentes están acusados de pésima gestión.

Este es uno de los principales problemas que tiene como conjuntamente mejorar la calidad de la atención pública y fortalecer el sistema de salud en su conjunto.

Los desafíos que enfrenta la nueva ministra es la necesidad de abordar las desigualdades en el acceso a la atención médica. A pesar de que Uruguay cuenta con un sistema de salud que combina atención pública y privada, existen disparidades significativas en la calidad de los servicios, especialmente en áreas rurales y entre las poblaciones más vulnerables. Lustemberg deberá trabajar para garantizar que todos los uruguayos, independientemente de su situación económica o ubicación geográfica, tengan acceso a atención médica de calidad.

La presión sobre el presupuesto público será un área a planificar  ya que dificulta la implementación de políticas que aseguren una atención integral y de calidad. En este sentido, la ministra deberá ser creativa en la búsqueda de soluciones que optimicen los recursos disponibles, priorizando la atención preventiva y la promoción de la salud para reducir la carga en los servicios de urgencia.

La pandemia de COVID-19 también ha dejado una huella profunda en el sistema de salud uruguayo. A pesar de que el país ha sido elogiado por su manejo de la crisis sanitaria, las secuelas de la pandemia, tanto en términos de salud física como mental, siguen siendo evidentes. Lustemberg tendrá que abordar la atención de las secuelas post-COVID y garantizar que los servicios de salud mental reciban la atención necesaria, dado el aumento de problemas de salud mental en la población.

Otro desafío importante es la necesidad de fortalecer la atención primaria de salud. Este nivel de atención es fundamental para la prevención de enfermedades y la detección temprana de problemas de salud. Sin embargo, históricamente ha estado subfinanciado y muchas veces desatendido. La ministra deberá enfocarse en revitalizar la atención primaria, asegurando que los centros de salud cuenten con los recursos y el personal necesario para brindar atención de calidad.

Asimismo, la situación del CASMU, que ha enfrentado crisis institucionales y cuestionamientos sobre la calidad de sus servicios, representa un desafío específico. La ministra deberá trabajar en la recuperación de la confianza de los usuarios y en la mejora de la gestión de esta institución. Esto implica no solo garantizar servicios de salud adecuados, sino también una comunicación transparente con los afiliados y la comunidad en general.

La integración de tecnologías en el sistema de salud también será un aspecto crucial en la gestión de Lustemberg. La digitalización de registros médicos, la telemedicina y el uso de aplicaciones para la gestión de citas y consultas pueden contribuir a mejorar la eficiencia del sistema y la experiencia del paciente. Sin embargo, será necesario garantizar que estas tecnologías sean accesibles para todos los ciudadanos y que no exacerben  las desigualdades existentes.

Lustemberg deberá enfrentarse al reto de construir un consenso político y social en torno a la salud pública. Dada la fractura institucional y la polarización política en el país, será fundamental que Lustemberg logre involucrar a diversos actores, incluidos profesionales de la salud, organizaciones de la sociedad civil y partidos políticos, en la formulación y ejecución de políticas de salud. La colaboración y el diálogo serán clave para superar las dificultades y avanzar hacia un sistema de salud más equitativo y eficiente.

La asunción de la Dra.Cristina Lustemberg como ministra de Salud Pública en Uruguay llega en un momento crítico, marcado por desafíos significativos tanto en el ámbito económico como político. Su enfoque en mejorar la calidad de la atención pública, abordar las desigualdades en el acceso a la salud y fortalecer la atención primaria serán fundamentales para enfrentar la crisis actual. Al mismo tiempo, la recuperación del CASMU y la incorporación de tecnologías en el sistema de salud son aspectos que requerirán atención y compromiso. Con un liderazgo efectivo y un enfoque inclusivo, es posible avanzar hacia un sistema de salud que garantice el bienestar de todos los uruguayos.

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