La legalización del cannabis medicinal y su impacto en la salud

Se estima que hay 104 cannabinoides naturales diferentes, pero los dos que más se han estudiado son el THC y el CBD

El cannabis lleva acompañando al hombre desde hace más de 10,000 años tanto a nivel recreativo como medicinal. Sus orígenes se encuentran en Asia, por lo que es normal que las primeras referencias escritas que tenemos provengan de China e India y correspondan al año 2737 A.C. Sus primeros usos medicinales ya estaban escritos en la farmacopea del emperador chino Shen Nung, quien habla del uso medicinal de la planta para varias “dolencias corporales”.

Hoy en día se considera el uso terapéutico de esta planta como un coadyuvante en el tratamiento de algunas patologías como: glaucoma, artritis reumatoide, VIH, Alzheimer, asma, cáncer, dolores crónicos de difícil control, enfermedad de Crohn, epilepsia, esclerosis múltiple, insomnio y Parkinson.

Por otra parte, la marihuana medicinal se puede utilizar para aliviar el dolor. Esto incluye distintos tipos de dolor crónico, incluso dolor por lesiones nerviosas. Otro uso puede ser, controlar las náuseas y los vómitos; el uso más común es para las náuseas y los vómitos provocados por la quimioterapia para el cáncer.

Asimismo, hace que una persona sienta ganas de comer, esto ayuda a personas que no comen suficiente y pierden peso debido a otras enfermedades, como el VIH/SIDA y el cáncer. Algunos estudios pequeños muestran que la marihuana podría aliviar síntomas en personas que presentan esclerosis múltiple, enfermedad de Crohn, enfermedad inflamatoria intestinal y epilepsia.

Fumar marihuana reduce la presión dentro de los ojos. Pero el efecto no dura mucho tiempo y con frecuencia no es el tratamiento recomendado para el glaucoma. Otros medicamentos para el glaucoma pueden funcionar mejor para tratar la enfermedad.

Farmacológicamente hablando, el cannabis contiene numerosos cannabinoides, entre ellos el THC y el CBD. El THC produce efectos psicoactivos, como la euforia, la relajación y la agudización de experiencias sensoriales, que buscan los consumidores de cannabis con fines “recreativos”. Mientras que el CBD tiene pocos efectos psicoactivos, pero puede moderar los efectos psicoactivos del THC a la vez que cuenta con efectos antioxidantes, antiinflamatorios y neuroprotectores.

Pero no todo está completamente dicho, el cannabis medicinal puede generar efectos secundarios perjudiciales para las personas, como por ejemplo: latidos cardíacos rápidos o irregulares; mareos; tiempos de reacción lentos; somnolencia. Mientras que a nivel mental incluyen: una fuerte sensación de alegría o bienestar; pérdida de memoria a corto plazo; problemas para concentrarse; confusión; disminución o aumento en la ansiedad y en la mayoría de los casos adicción.

Uruguay se convirtió en una excepción al regular el uso recreacional antes que el medicinal e industrial. Pero desde principios del año 2024, se pudo conocer que la industria de cannabis medicinal de Uruguay atraviesa, desde hace tiempo, una situación crítica alertada por los empresarios del sector, y que continúa profundizándose: de las 150 empresas que empezaron en el negocio hace 10 años, junto con la legalización de la actividad, solo quedan 34.

A pesar del relativo éxito que ha tenido la legalización del consumo recreativo de cannabis, con ventas récord en 2023 y más de la mitad de los consumidores acudiendo al mercado legal, la industria abocada a las variables y usos medicinales de la marihuana no ha tenido el mismo resultado.

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