En su campaña por la Casa Blanca de 2024, Donald Trump prometió introducir cambios inmediatos y radicales en el gobierno y la sociedad estadounidenses. Se hizo el milagro, y el inquilino del Despacho Oval ha cumplido su promesa. Presidente electo y en papel de sus funciones, hizo movimientos políticos, se retiró de acuerdos internacionales, subió aranceles, y reafirmó una vez más su política de limpiar al país de la población inmigrante. Dictámenes que no son novedad, en el anterior mandato se escuchaba el mismo discurso antiinmigrante y un alza en las medidas conservadoras. En este 2025, la arremetida es más fuerte y sin ningún nivel de contención… Tan solo el primer día se firmaron 46 órdenes ejecutivas.
Donald Trump, en su capacidad invariable de imponer agendas mediáticas, le da la vuelta al mundo en titulares y respuestas políticas. Una avalancha de temas a los cuales, por más irreales que parezcan, hay que prestarle atención. Sin embargo, la noticia del primer grupo de inmigrantes deportados que llegó a la Base Naval en Guantánamo, Cuba, llama la atención. El lugar ha sido objeto de numerosas denuncias por violaciones de derechos humanos, debido a la detención de personas sin el debido proceso legal, y es conocida como una cárcel de máxima seguridad.
Esta no es un hecho aislado, le antecede el pronunciamiento de declarar emergencia nacional en la frontera sur de Estados Unidos, establecer un muro físico, presentar cargos penales contra extranjeros ilegales, repatriar o expulsar a todo extranjero irregular que acceda desde la frontera con México, y poner fin al reconocimiento de la ciudadanía estadounidense a hijos de inmigrantes indocumentados. Esta última decisión, derogaría una enmienda aprobada desde el siglo XIX, luego de la Guerra de Secesión, y que trae consigo un altísimo significado histórico ligado a la conformación de la identidad estadounidense.
¿Qué va a pasar con los migrantes?
La administración Trump, desde los primeros días, anunció la “repatriación” de los migrantes, medida que afecta a ciudadanos procedentes de Nicaragua, Cuba, Venezuela y Haití. En su mayoría arribaron al país durante el gobierno de Joe Biden bajo un programa de permiso de permanencia temporal (parole humanitario), y a quienes se les permitió vivir y trabajar temporalmente en EE.UU. Muchos de los que hoy expulsan son víctimas de crisis económicas en sus países y cubren necesidades de mano de obra que históricamente ha tenido la agricultura, construcción, industria, los servicios y diversos sectores de la economía estadounidense. Otros son resultado de facilidades en la frontera para entrar al país, de normas selectivas, políticamente motivadas, que los acogen como refugiados.
¿Son legales las deportaciones?
Cifras del Departamento de Seguridad Nacional y del instituto de investigación Pew Research, reconocen con un estudio realizado en 2024, que hoy viven en Estados Unidos unos 11 millones de migrantes indocumentados, número mantenido desde el año 2005. Cualquier programa de deportación masiva traerá muchas implicaciones legales, sobre todo por las demandas que presentarán las organizaciones defensoras de los derechos humanos.
La ley de inmigración vigente permite al gobierno deportar a personas que no tienen un estatus legal en el país o que han violado las leyes de inmigración. Sin embargo, el proceso de deportación debe seguir ciertos procedimientos legales y hay derechos que los inmigrantes pueden ejercer durante este proceso.
¿Hacia dónde van?
El primer grupo de migrantes de EE. UU. llegó a la ilegal Base Naval en Guantánamo, Cuba, esta semana… El inicio de lo que serán aproximadamente 30.000 personas consideradas como una amenaza social por el mandatario Trump. Esta Base Militar, propiedad de Estados Unidos, está instalada hace más de un siglo en la provincia más oriental de Cuba, fruto de una ley aprobada en la República Neocolonial, tiempo en el que el país norteño dominaba la isla.
El estado cubano calificó la medida como “una demostración de la brutalidad con que ese gobierno actúa para supuestamente corregir problemas creados por las condiciones económicas y sociales de ese país, la propia gestión gubernamental y su política exterior”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores Cuba señaló que la cárcel Naval de Guantánamo representa un riesgo para la estabilidad regional y podría generar incidentes con graves consecuencias. Asimismo, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, también rechazó la decisión y denunció que Washington utiliza el territorio ocupado de Guantánamo para fines que atentan contra la “seguridad de Cuba y la subregión”.
Las deportaciones masivas en Estados Unidos no son algo exclusivo de la actual administración, sin embargo, el traslado de migrantes hacia la cárcel en Guantánamo es una nueva página en la política migratoria, preocupando a los países involucrados. Miles de personas llegaron a ese país en busca de oportunidades, sin embargo, hoy, el “sueño americano” puede terminar en pesadilla.