A través de un comunicado, la OMS ha instado a que la COP27 concluya «con avances en los cuatro objetivos clave de mitigación, adaptación, financiación y colaboración para hacer frente a la crisis climática».
La COP27 será una oportunidad crucial para que el mundo se reúna y vuelva a comprometerse a mantener vivo el objetivo del Acuerdo de París de 2016, que estableció limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. «El cambio climático está haciendo que millones de personas enfermen o sean más vulnerables a las enfermedades en todo el mundo, y la creciente destructividad de los fenómenos meteorológicos extremos afecta de manera desproporcionada a las comunidades pobres y marginadas».
Es crucial que los líderes y los responsables de la toma de decisiones se reúnan en la COP27 para situar la salud en el centro de las negociaciones», ha defendido el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Según datos de la OMS, entre 2030 y 2050 se espera que el cambio climático provoque unas 250.000 muertes más al año por malnutrición, malaria, diarrea y estrés térmico. Los costes de los daños directos para la salud (es decir, excluyendo los costes en sectores determinantes para la salud como la agricultura y el agua y el saneamiento), se estiman entre 2.000 y 4.000 millones de dólares (2.017 y 4.035 millones de euros) al año para 2030.
Por todo esto, la OMS ha pedido a los gobiernos que lideren «una eliminación justa, equitativa y rápida de los combustibles fósiles y la transición a un futuro de energía limpia».
Además, el organismo sanitario internacional de Naciones Unidas ha reclamado la creación de un tratado de no proliferación de combustibles fósiles que permita eliminar el carbón y otros combustibles fósiles perjudiciales para la atmósfera de forma justa y equitativa.
«Esto representaría una de las contribuciones más significativas a la mitigación del cambio climático», defiende la OMS. En este contexto, insisten en que la política climática «debe poner ahora la salud en el centro y promover políticas de mitigación del cambio climático que aporten simultáneamente beneficios para la salud».
«Una política climática centrada en la salud ayudaría a conseguir un planeta con un aire más limpio, un agua dulce y unos alimentos más abundantes y seguros, unos sistemas de protección sanitaria y social más eficaces y justos y, en consecuencia, personas más sanas», sostienen.