La Organización Mundial de la Salud (OMS) hace un llamado a los líderes mundiales para que aumenten el compromiso político y la acción a fin de invertir en el enfoque de «Una sola salud». Compromiso de prevenir y hacer frente juntos a las amenazas comunes que afectan a la salud y el bienestar de los seres humanos, los animales, las plantas y el medio ambiente. Este enfoque se ha popularizado en gestiones de gobiernos y discursos políticos, sin embargo, no siempre es aplicado idóneamente. ¿Qué es “Una sola salud” y que iniciativas ya se adoptan en el mundo?
El término comienza a reproducirse desde principios del año 2000, proporcionada por el Panel de expertos de alto nivel de One Health (OHHLEP), que ofreció un consenso. Eso sí, los autores admiten que antes de llegar a este punto la idea ya existía. Desde entonces ha defendiendo el enfoque de que la salud humana, la salud animal, y la salud ambiental son completamente interdependientes. Los cambios en estas relaciones pueden aumentar el riesgo de que aparezcan y se propaguen nuevas enfermedades humanas y animales, ejemplo consolidado en la pandemia de Covid-19. Estos estrechos vínculos exigen una estrecha colaboración, comunicación y coordinación entre los sectores implicados.
Por ejemplo, la forma en que se utiliza la tierra puede influir en el número de casos de paludismo. Las características meteorológicas y los controles del agua construidos por el hombre pueden afectar a enfermedades como el dengue. El comercio de animales salvajes vivos puede aumentar la probabilidad de que determinadas enfermedades infecciosas pasen a las personas.
Alrededor del 60% de las enfermedades infecciosas emergentes que se registran en el mundo proceden de los animales, tanto salvajes como domésticos. según datos de la Organización Mundial de la Salud. En las últimas tres décadas se han detectado más de 30 nuevos agentes patógenos humanos, el 75% de los cuales tiene su origen en animales.
Los ecosistemas sometidos a estrés y la incidencia en ellos de los hombres han creado nuevas condiciones propicias para la aparición y propagación de enfermedades. Estos factores de estrés incluyen el comercio de animales, la agricultura, la ganadería, la urbanización, las industrias extractivas, el cambio climático, la fragmentación del hábitat y la invasión de zonas silvestres.
Enfermedades microbianas, zoonosis, las transmitidas por vectores y las de transmisión alimentaria son combatidas por las herramientas que ofrece una One Health.
¿Qué acciones se están realizando ya en Latinoamérica?
En 2010, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la colaboración de la OMS establecieron oficialmente el tripartito Una Sola Salud. Además, la Unión Europea reafirmó su compromiso de operar bajo el paraguas de Una Sola Salud, y en 2011 se celebró en Australia el primer Congreso Internacional de Una Sola Salud. Desde entonces, cada vez más organizaciones internacionales han promovido esfuerzos para establecer el enfoque y las acciones de Una Sola Salud en todo el mundo, incluidos los países de América Latina.
En junio de 2021, en la 168.ª reunión del Comité Ejecutivo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) incluyó “Una Salud” en la agenda oficial, como un «enfoque integral para hacer frente a las amenazas sanitarias en la interfaz entre el ser humano, los animales y el medio ambiente». Sin embargo, la OPS ha promovido este enfoque multisectorial, en particular en la salud pública veterinaria, durante varias décadas, desde la Reunión Ministerial Interamericana sobre Salud y Agricultura (RIMSA) en 1968 y 2016, la última titulada «Una sola salud y los Objetivos de Desarrollo Sostenible».
Una Sola Salud del Plan Estratégico General de la OPS para 2020-2025 cuenta con un presupuesto estimado de 1 millón de dólares por bienio. En esa revisión, la OPS ha indicado una lista de centros colaboradores y mejores prácticas en Una Sola Salud en todas las Américas, incluido el Centro Colaborador en Salud Pública y Ambiental de Fiocruz en Brasil, con mejores prácticas en enfoques de leptospirosis y rabia, y vigilancia mejorada en la zona de triple frontera de Brasil-Argentina-Paraguay, y la Agencia Chilena para la Inocuidad y Calidad de los Alimentos (ACHIPIA) en Chile.
Retos importantes que hay que implementar
Todavía existen muchos aspectos para el desarrollo de la política. Por ejemplo, determinar y exponer ejemplos de buenas prácticas, el mapeo de las iniciativas y capacidades existentes para la investigación, un modelo para un sistema integral de vigilancia, y mecanismos de coordinación rutinaria y de emergencia con las partes interesadas pertinentes.
La implementación de políticas coordinadas y articuladas internacionalmente, afianzará de manera eficaz la puesta en práctica de este enfoque visionario.
