La seca

Estas semanas el tema de la falta de agua para el uso doméstico estuvo en jaque en varios puntos del país. Con un énfasis importante en el área metropolitana y sobre todo Montevideo, y ahí el grito en el cielo!

Ahora que aflojó un poco la cuerda, es relevante poder analizar algunas cosas al respecto.
El agua es uno de los bienes fundamentales para el desarrollo de la vida y en particular para nuestra supervivencia como especie. Especie que, desde hace al menos 300 años viene devorando todo a su paso, tierras, mares, subsuelos, atmosfera…
Dicho esto, no es nada nuevo mencionar que el agua es hoy, a nivel mundial un recurso buscado por las grandes potencias, que tienen claro el desabastecimiento en curso y los problemas que se generar. En tanto siempre las guerras son por recursos es fácilmente imaginable como estos escenarios serán más familiares de lo que hoy pensamos, en no mucho tiempo.
De hecho, a decir verdad, ya hoy estamos viendo una guerra silenciosa por el agua (y a veces no tan silenciosa). Una guerra que implica desplazados, acumulación de reservas de aguas, envasados de agua a precios irrisorios por decir algunos.
Este es el mundo de hoy, del cual no somos ni por asomo ajenos, aunque estemos viviendo aparentemente, en el país de las maravillas con respecto a esto.
Nuestras sociedades, por otra parte, de van organizando en función a grande metrópolis, donde nos amuchamos y apretamos para vivir, transformándonos en un gran monstruo que devora recursos. Incluyendo por supuesto el agua. Lo vemos en nuestro país, como nos hemos ido apretando en un espacio reducido del mapa, con perjudicial que eso es. Sin duda, que, comparados con DF en México, San Paulo no somos nada, pero cuando aprieta el lazo, vemos que sí.
Hoy día, la escasez de agua afecta al 70% de la población mundial, cifra nada despreciable para no darnos cuenta que estamos viviendo ahora, en este momento, una guerra por el agua.
Racionar el agua, lo que nosotros hicimos excepcionalmente hay ciudades que lo hacen dentro de su normalidad, Roma, Ciudad del Cabo, Lima por mencionar algunas.
Está claro que el problema principal o inicial no es la escasez de agua, sino la propuesta civilizatoria en la que estamos sumergidos y de la cual, más allá de los mensajes en las cumbres internacionales, parece muy difícil que salgamos. Invirtamos la mirada, el problema no es los escases de agua sino una propuesta civilizatoria que mal utiliza el recurso, que lo distribuye de manera muy equitativa y que se plantea en tanto la infinitud de los recursos.
Por poner un ejemplo básico, en Uruguay, desde hace décadas hay miles de personas que no acceden al agua potable directa. Miles de personas que dependen de la presión que tenga la única canilla cercana. En verano, aun peor claramente.
En Uruguay, más allá de la gran cobertura, tenemos familias que siguen sin acceso al agua mientras que otros usamos el agua a diestra y sobre todo, siniestra.
Sería una falta de oportunidad, una pérdida de posibilidad, sino aprovechamos lo sucedido para poder pensar soluciones a largo plazo, soluciones que no impliquen solo el cómo obtener más caudal para dar servicio, sino como usamos el agua. Pero también y sobre todo, como hacemos para que hoy, aquí y ahora, quienes tienen problemas de acceso puedan conseguir un uso adecuado.
Es una buena oportunidad para elaborar de forma planificada, como país, proyecto de repoblamiento del país, que impliquen disminuir el impacto que se genera con la concentración de gente en las metrópolis, donde van sumándose a los espacios de precariedad y pobreza. Es una buena posibilidad para pensar la descentralización y sobre todo la regionalización, para que las tareas estratégicas que tenemos como país, no se queden abultando cajones junto a expedientes ni pasen a ser moneda de cambio por votos.

1 Comentario

  1. Habría que dejar de recaudar impuestos nacionales en el interior por dos años para contrarestar la situacion economica, la capital y sus legiones de empleados publicos tendran que apechugar como sea.
    Una zona de libre comercio en todo el litoral de Colonia a Artigas con Entrerios se hace fundamental para sobrevir en la frontera con Argentina.
    Debemos de dejar de pensar en el Uruguay como Montevideanos y empezar a sentirlo como propio ybhacer lo que necesitemos hacer.

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