Laura Morás: «Uruguay es divino para vivir pero el artista tiene que salir de acá para abrirse puertas»

La artista uruguaya, con cuadros en todo el mundo, confiesa que su impulso está en que “nunca veo límites”.

En una época donde el mundo del arte era un ambiente de hombres, Laura Morás Loyarte, se abrió paso en el mundo y esta semana cierra la exposición «Retro-Active» en el hotel Hyatt Centric Montevideo para realizar una presentación en la Embajada Británica con la temática de los Beatles.

En entrevista con la artista nos comentó que pasaron tres años desde su última exhibición individual, pero que durante la pandemia “obtuve muchos pedidos, pinté y vendí lo que nunca en mi vida, incluso al exterior”.

A la par fue trabajando en la exposición que para ella tenía que tener “una historia y una cadena, donde la temática puede variar, pero las técnica tiene que repetirse” y nació la idea de focalizarse en distintos elementos de los 70 que fueron importantes como la música, la máquina de escribir, cosas de mi abuelo, cámaras fotográficas y cosas que además siempre voy reciclando”.

Explica “estamos en un mundo donde tenemos el concepto de que todo se tira y creo que no es así. Entonces el concepto de la exposición fue esa…. retroactivarse”. En ese sentido agregó que ambientó la exposición en conjunto con el actor, bailarín, docente y director Ignacio Cardozo porque “no solo son obras colgadas en la pared, sino que pueden tener algo de teatralización”.

Sus obras se caracterizan por el uso de collages, bajo una denominada técnica mixta, donde utiliza varios materiales para lograr distintos efectos, creando el concepto y el dibujo como puntapié inicial.

Luego “en el proceso creativo es donde me alimenta y despierta la creatividad” y destaca que “no hay que dejar de lado todo lo que nos enseñaron los grandes maestros en la historia del arte, porque el arte contemporáneo se basa muchísimo en ellos. Eso es lo que trato de hacer en mi arte”.

En ese sentido nos cuenta que Rembrandt es su influencia, así como la música y los rostros su inspiración. Sin querer encasillarse afirma que “siempre voy observando las caras, me encantan, pero sobre todo si hay alguien especial de la música que soy fan me gusta reproducirlo”.

Laura recuerda que cuando era joven estudiar arte no tenía el mismo concepto que ahora, sino que se cuestionaba si se podía vivir de eso. «Hoy no está tan preguntado, pero sigue habiendo una condena. Yo creo que uno puede vivir de lo que se le ocurra vivir y donde le ponga la energía. A veces hay necesidades que contemplar pero es importante hacer algo que a uno no lo deje apagado”.

Agregó que si bien en un principio ingresó en el taller Cléver Lara no se dedicaba al arte pero “para mí era lo que me hacía vibrar”. Esto hasta que surge la posibilidad de estudiar la carrera en Estados Unidos donde realiza un Master in Fine Arts en Fontbonne University y aunque actualmente reside en Uruguay “me encantaría seguir especializándome ya que hay miles de cursos y posibilidades sobre todo en Italia”. En ese sentido aconseja que “uno como artista tiene que ir donde está la cuna del arte. Tiene que moverse en el exterior. Uruguay es un país divino para vivir pero el artista tiene que salir de acá para abrirse puertas, porque es muy chiquito el país y de alguna manera yo veo que hay mucho estancamiento”.

Además de crear obras, que se encuentran en colecciones de países como Perú, China, Italia, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Inglaterra, Dubai e Irlanda y estar trabajando en encargos, tiene su propio taller en la zona de Punta Carretas. Desde allí hace más de 10 años, enseña los diferentes tipos de técnicas desde las más antiguas a las contemporaneas. 

Además incentiva a que hagan una búsqueda creativa personal. A su vez da clases en un colegio y celebra que estamos en un mundo que “después de pandemia creció la cantidad de gente que se acerca buscando el arte para su vida, en todas sus formas”.

En paralelo al arte practicó mucho tiempo el Enduro, que es un deporte de larga resistencia, a caballo y nos contó una anécdota derivada a que en sus competencias siempre regalaba cuadros y uno de ellos se llevó la admiración de un árabae, consiguiendo su número de teléfono. Un día la llaman de Dubai para pedirle un encargo de cuadros para el salón del té de una de las personalidades más importante y por eso afirma que “todo depende de una cosa que te va llevando a la otra”.

Morás expresó su preocupación por la poca cantidad de personas que se acercan a los museos cuando “en otras partes del mundo desbordan”. Nos declaró que le “encantaría” tener obras en un museo y aunque no lo toma como un objetivo agradeció que hayan ideas respecto al arte que están cambiando, como valorar al artista en vida y no como le pasó a Van Gogh que vendió un solo cuadro en vida, además el prejuicio de que “uno trabajo cuando quiere y yo tengo horario como todo el mundo incluso hasta más”.

Finalizando transmitió que “no hay que rendirse, podés hacer lo que se te ocurra y el peor error es no hacerlo, porque un día después de tanto trabajo se te abren las puertas” y expresó que a sus alumnos les estimula el talento “porque a veces hay que hacerlo desde casa y los educadores para que no lo apaguen, porque eso pasa”.

“Yo nunca veo límites” y cree que ese pensamiento es lo que la ayudó hasta ahora, “no sé cómo funciona pero si tienes el objetivo claro y concreto se logra, no hay otra vuelta, las puertas se abren y un día se te da”.

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