Llegaron los primeros inmigrantes presos a la cárcel Alligator Alcatraz

El centro penitenciario es la nueva “arma” antimigratoria de Donald Trump.

“Les vamos a enseñar a huir de un caimán”: fueron las palabras del presidente de Estados Unidos Donald Trump al inaugurar ‘Alligator Alcatraz’, un centro de detención para migrantes, en Florida. Construido en solo una semana en medio de un vasto humedal subtropical repleto de caimanes, cocodrilos y pitones. La cárcel es una nueva demostración de ofensiva con inmigración por parte del mandatario estadounidense.

El centro de reclusión está ubicado en una zona remota del Parque Nacional de los Everglades, a unos 60 km de Miami. Ha sido construido en una lejana pista de aterrizaje con tiendas de campaña y remolques que normalmente se utilizan después de un desastre natural. Para promover la apertura del centro, funcionarios estadounidenses publicaron en redes sociales imágenes de caimanes con gorras del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), mientras el Partido Republicano de Florida vende ropa y fundas para latas de cerveza con temática de caimanes.

Dos días después, arribaron los primeros migrantes detenidos, lo que marca el inicio de su funcionamiento y operaciones en medio de una política estatal marcada por medidas aceleradas, escasa transparencia institucional y un lenguaje oficial cargado de simbolismo punitivo. Situación que ha generado millones de críticas en Estados Unidos y en el mundo.

Pese a la magnitud de la operación, las autoridades no han hecho pública ninguna información sobre las condiciones de detención dentro del centro, ni sobre los protocolos aplicados a los migrantes allí recluidos. Tampoco se ha especificado si los detenidos han tenido acceso a asistencia legal, atención médica o contacto con sus familiares.

Al tratarse de una instalación ubicada en una zona remota de los pantanos de Florida, no existe acceso público al lugar, y no se ha permitido el ingreso de prensa ni de organizaciones independientes para verificar las condiciones en que se encuentran los detenidos.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, informó que las instalaciones tendrán una capacidad inicial para alojar hasta 3.000 migrantes. Otras de las características son: más de 200 cámaras de vigilancia, 8.500 metros de alambre de púas y una dotación de 1.000 agentes de seguridad. Estas cifras reflejan una operación diseñada para impedir cualquier intento de fuga o intervención externa.

Lo que sí han dilucidado las autoridades es que será una base momentánea para las personas ahí recluidas. El secretario de prensa del fiscal general estatal republicano James Uthmeier compartió en su cuenta de X (Twitter): “Alligator Alcatraz registrará a cientos de inmigrantes ilegales criminales esta noche. Próxima parada: regresar al lugar de donde vinieron”.

Este nuevo capítulo en las políticas de deportaciones de inmigrantes indocumentados por parte de Donald Trump se suma a las ya anteriores medidas que han ocasionado que el número de detenidos por inmigración a nivel federal haya aumentado drásticamente, llegando a 56.000 para el pasado 15 de junio, desde los 39.000 que había cuando Trump asumió el cargo, según datos gubernamentales, y su Gobierno ha presionado para encontrar más espacio.

Destacar que los detenidos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) generalmente son retenidos por razones como ingresar al país sin autorización o permanecer más tiempo del permitido por su visa. Algunos de los detenidos esperan que el ICE los incluya en el próximo vuelo o autobús de regreso a casa, o están impugnando su deportación en un tribunal de inmigración.

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