Según informó su equipo médico, el procedimiento, catalogado como «relativamente sencillo y de bajo riesgo», consistió en un cateterismo para embolizar la arteria meníngea media y se realizó con éxito.
«El presidente está despierto y conversando», declaró a la prensa el doctor Roberto Kalil, médico personal de Lula. La operación, que duró menos de una hora, forma parte de un tratamiento programado tras la intervención de emergencia a la que el mandatario fue sometido el martes debido a una hemorragia intracraneal detectada tras experimentar dolores de cabeza.
Lula, de 79 años, fue trasladado de urgencia desde Brasilia al hospital paulista en la madrugada del lunes al martes. La caída doméstica que sufrió hace dos meses generó complicaciones que requirieron atención quirúrgica inmediata. Según el equipo médico, este segundo procedimiento complementa el tratamiento inicial y tiene como objetivo minimizar el riesgo de futuros episodios similares.
El presidente permanecerá hospitalizado bajo observación hasta la próxima semana. Durante su estancia en el hospital, el vicepresidente Geraldo Alckmin continúa al frente de los compromisos gubernamentales, aunque sin asumir las funciones presidenciales de manera interina.
El estado de salud de Lula, quien cumplirá 81 años en 2026, ha despertado atención en la prensa brasileña, especialmente ante su intención de presentarse a la reelección. Sin embargo, su equipo médico insiste en que las intervenciones han transcurrido sin complicaciones, y el mandatario se encuentra en buen estado de recuperación.
En base a información de Europa Press
