Mauricio Larriera atribuyó a “cuestiones del azar” la derrota sufrida por Peñarol ante Colón en el debut por Copa Libertadores. El entrenador aurinegro analizó que el encuentro en Santa Fe le dejó “una sensación de amargura, de haber sido competitivo, tener ese punto y que se nos fuera en la última jugada del partido. Hay un argumento que es bien concreto, a partir de los diez minutos del primer tiempo desaparecimos un poco del partido. En el segundo tiempo emparejamos, por momentos fuimos superiores, mostrando los vestigios que van quedando del equipo que se fue.
Logramos el empate y cuando quisimos defender la última pelota, a veces por cuestiones del azar, terminamos perdiendo en la hora.
Tengo el dolor de perder en el debut y la tranquilidad de lo que dejaron los muchachos en la cancha”.
Tras el muy mal primer tiempo su equipo mejoró notoriamente en el complemento. Para ese cambio, Larriera dijo que en el entretiempo “Se corrigieron un par de cositas nada más. Hay veces que los cambios sirven para bien y para mal. Hay que tener cuidado cuando los hacemos porque seguimos con una gestión de minutos, con futbolistas que estuvieron enfermos, otros sentidos, cosas que pasaron que nadie se enteró, las sabemos solo nosotros y veces decidimos situaciones que pueden parecer erróneas”.
Sobre el cambio de actitud: “mandamos a los mismos futbolistas a la cancha a responsabilizarse de lo malo que había sido el primero. Por momento no parecía nuestro equipo, con desajustes desde el punto de vista táctico que no veníamos cometiendo. Cuando se pierde, todos los cambios están mal, todas las posturas están mal, es la lógica con la que se maneja la industria mediática. Cuando se gana hasta los cambios más ilógicos se hicieron bien”.