Médico torturador rechazó extradición a Uruguay en primera audiencia en España

Carlos Suzacq, represor de la dictadura está en manos de la Justicia española quién deberá decidir sobre su futuro.

Carlos Américo Suzacq Fiser, el médico cardiólogo acusado de asesorar en las torturas durante la última dictadura cívico-militar (1973-1985), compareció ante un tribunal español, país donde reside desde hace décadas, para responder ante un pedido de extradición cursado por Uruguay.

Según señalan múltiples testigos, Suzacq que hoy tiene 72 años, se desempeñaba como médico del Regimiento de Caballería Mecanizado N° 6, conocido como “el sexto de caballería”, centro de detención y torturas de la última dictadura uruguaya (1973-1985). Este centro, que comenzó a funcionar en 1972 aún en democracia, estaba a cargo del Ejército y del Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA) y se ubicaba en el barrio montevideano de Piedras Blancas.

Suzacq es acusado por los crímenes de abuso de autoridad, lesiones graves y privación ilegal de libertad durante los años 1974 y 1975, fechas en que se desempeñó como médico militar en el mencionado centro de torturas. Las tipificaciones son eufemismos judiciales que denotan la aplicación de picana eléctrica, submarino seco, golpes, insultos, vejaciones, torturas, esposar y encapuchar personas, ataduras con alambre de púas y amenazas.

Su principal tarea, según denuncian, fue la de determinar si los prisioneros podían continuar siendo torturados y la de reanimarlos cuando sufrían un paro cardíaco para poder proseguir con las sesiones de tortura. “Como consecuencia de las confesiones obtenidas mediante el uso de la violencia se obtuvieron condenas de los interrogados y de terceras personas” dice la acusación redactada por el Fiscal Ricardo Perciballe, encargado de la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad.

Suzacq también realizaba fichas de prisioneros y prisioneras en donde establecía su estado de salud y se les daba seguimiento. Por esto se sospecha que el médico torturador puede conocer el destino de al menos un detenido desaparecido. Es el Caso del militante Luis Eduardo González González detenido en 1974 junto con su esposa Elena Zaffaroni y conducido al Sexto de Caballería, lugar en donde se supo de él por última vez antes de pasar a engrosar la lista de detenidos desaparecidos de la dictadura uruguaya.

En el pedido de extradición la fiscalía de Uruguay aportó el testimonio de nueve víctimas. Una de ella fue la mujer de iniciales AMMN, que «manifestó que cuando estaba detenida en el Regimiento número 6 estuvo siempre encapuchada y que el doctor Carlos Suzacq Fiser fue el médico que le dijo que no estaba embarazada pese que lo estaba» con el objetivo de habilitar las torturas.

España realiza primera audiencia

El pasado miércoles Suzacq compareció ante la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional de España y junto con su defensa rechazó la extradición argumentando que los delitos por los que se le acusa ya se encuentran prescritos en España.

Para la defensa de Suzacq el tratado de extradición entre Uruguay y España impide dar curso a la extradición en ese caso y argumenta también que el médico torturador ya no es uruguayo al haber renunciado a la ciudadanía nacional en 1978 para adoptar la española. La defensa también argumenta que los delitos por los que se acusa a Suzacq no pueden ser calificados como de lesa humanidad ya que esta figura no existía en la legislación española en el momento de los hechos.

Consultado en la audiencia sobre si tenía conocimiento de los supuestos hechos por los que se le reclama, el represor dijo saber lo que había “leído”. Por su parte el Ministerio Público español recomienda la extradición al estimar que “aunque habrían prescrito en el ordenamiento jurídico español, no lo hicieron todavía en el uruguayo” precisamente al ser delitos asimilados a crímenes de lesa humanidad.

Antecedentes

Existen antecedentes de dos casos similares que concluyeron con fallos contrarios. En marzo de 2021 el excoronel uruguayo, Eduardo Ferro fue extraditado desde España para comparecer ante la Justicia uruguaya por el asesinato del militante comunista Óscar Tassino en 1977. Ferro, acusado de genocidio y crímenes de lesa humanidad había sido detenido en 2017 pero se había fugado durante el trámite de extradición por lo cual al ser recapturado en enero de 2021 debió aguardar sentencia privado de libertad. En aquel momento la policía española expresó que la detención “demuestra el férreo compromiso de la Policía Nacional por impulsar la cooperación internacional en el ámbito bilateral y multilateral”.

Sin embargo, un año después, en marzo de 2022, la misma Justicia del país europeo rechazó la extradición del uruguayo Fleming Gallo, acusado de torturas y delitos de lesa humanidad contra militantes uruguayos. La fiscalía española planteó en ese momento que la extradición no debería concretarse porque el delito de torturas por el que fue acusado Gallo prescribió según la ley española. En lo referido a los delitos de lesa humanidad, el Ministerio Público español argumentó que están reconocidos en España desde 2004, por lo que entiende que no puede aplicarse retroactivamente.

Consultado por Diario La R el abogado Pablo Chargoñia del Observatorio Luz Ibarburu explicó que la tipificación por las cuales se realizan las imputaciones son delitos que “estaban vigentes en la década del setenta”. En el caso de Suzacq, abuso de autoridad, lesiones graves y privación ilegal de libertad.

Chargoña dijo a La R que “la estrategia discursiva de los sectores de la derecha y de los sectores impunidores es intentar desacreditar los relativos avances de la justicia uruguaya”. En todo caso la diferencia en esta ocasión es que el el mismo fiscal español Vicente González Mota quien ha defendido que sea entregado porque los hechos que relatan las autoridades uruguayas revisten “apariencia de buen derecho” y se trata de delitos graves.

Mota ha dicho ser “consciente del tiempo que ha transcurrido desde la comisión de los hechos”, pero para él el convenio bilateral con Uruguay no veta la entrega si “concurre prescripción de los delitos”, sino que lo deja en manos de las autoridades españolas porque es “potestativo”, lo que en la jerga judicial significa que “puede hacerse o dejar de hacerse”.

Se espera que la decisión final sobre la entrega o no de Suzacq a las autoridades uruguayas se tome en los próximos días.

Carlos Suzacq en España

El represor continuó trabajando como médico en España luego de radicarse en el país en 1978. Según se supo llegó a trabajar en la cárcel vasca donostiarra de Martutene en donde incluso tuvo que comparecer ante la justicia en 1994 por la muerte de un preso en 1990. Su nombre era Mikel Zalakain y sufrió un paro cardiorrespiratorio en la cárcel donde revistaba Suzacq Fiser. Por el hecho, la fiscalía española pidió para él y otros tres médicos un año de prisión por un delito de “imprudencia temeraria”. Luego el pedido fue elevado a penas de 6 años.

La defensa alegó que el fallecido no atendió las insistentes recomendaciones médicas de que abandonara el tabaco. Finalmente Suzacq resultó absuelto.

3 Comentarios

  1. este medico es un reverendo HDMP una verguenza para la profesion debe ser juzgado con todo el rigor de la ley en nombre de la justicia y el respeto humano

  2. El Hábito no hace el Monje!
    PUEDE SER MÉDICO, SACERDOTE, MILITAR……….Y AHÍ……………ESO NO PRUEBANADA!
    QUIENES SOMOS EN VERDAD ESTÁ DENTRO DE NOSOTROS, EN NUESTRO ÍNTIMO, EN LOS SENTIMIENTOS.
    SE VE CARA, PERO NÓ EL CORAZÓN!!!

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