El presidente argentino, Javier Milei, ha cargado de nuevo contra las críticas de la oposición y ha subrayado que él mismo es «el político más relevante del planeta» Tierra junto al expresidente estadounidense Donald Trump.
«He estado con los empresarios más importantes del mundo. Entiendo la agenda liliputiense de políticos argentinos intrascendentes, ratas invisibles que jamás van a poder aspirar a eso», ha afirmado Milei en una entrevista con el diario argentino ‘La Nación’. «Les duele que hoy yo sea uno de los dos políticos más relevantes del planeta Tierra. Donald Trump y el otro soy yo ¿Qué visión puede tener una rata respecto de un gigante? Soy considerado el máximo defensor de las ideas de la libertad en el mundo», ha argumentado.
El mandatario argentino ha asegurado así que «les revienta tanto mi performance en el exterior, que algunos políticos quieren impedir que viaje». Milei ha destacado que, pese a algunas diferencias, su relación con el expresidente Mauricio Macri es «fabulosa» a nivel personal y ha defendido a Santiago Caputo como una de las figuras clave de su gobierno a pesar de no tener un cargo institucional como tal.
«Hay varias cuestiones respecto a Santiago Caputo. No creo que concentre demasiado poder. Yo soy amigo de Santiago. No sólo soy amigo. Lo considero parte del triángulo de hierro, que está constituido por mi hermana, por Santiago y por mí. No solo eso. Como si eso fuera poco, es una persona con una inteligencia superior a la media», ha resaltado.
Si estamos hablando de energúmenos, puede tener razón. Con todo respeto.
Como dice Alejandro Dolina cuando narra sobre al gún desaofrado personaje pintoresco: «Anúncieme sencillo». Una gigantesca megamelomanía, un desequilibrio mental en ascenso y lo eligieron presidente. No mintió. Está haciendo todo lo que prometió. Más de la cuarta parte de Argentina está pasando hambre, pero dice y dicen que los números mejoran. Lo peor es oír a trabajadores uruguayos que dicen que está bien porque los argentinos tenían demasiados subsidios. Y toma como héroe de cabecera a otro desequilibrado como Trump. Obsecuencia, sí, pero coherente.