Peñarol volvió a entrenar este martes por la tarde, pensando en su próximo rival, el Danubio de Jorge Fossati, de gran arranque tras volver a primera división. El equipo de Mauricio Larriera busca dar otro paso sólido, después de derrotar a Nacional, para seguir escalando posiciones y empezar a pelear con los de arriba.
Con el envión anímico que significó la victoria clásica, el combinado aurinegro busca seguir en esa dinámica y salir definitivamente de ese inicio dubitativo que tuvo en el campeonato, en cierta parte entendible por las bajas que tuvo el plantel y por el bajo nivel que viene mostrando su referencia de ataque, Agustín Álvarez Martínez.
El reto para Mauricio Larriera es planificar cómo rearma el equipo para empezar a darle esa fluidez en la circulación, en la que se basa su idea, pero con la baja de Pablo Cepellini, quien fue expulsado en el clásico del pasado domingo y que es pieza fundamental en la mitad de la cancha para el modelo del entrenador.
La baja de Cepellini y no tener un jugador de un perfil exacto para cubrirlo, podría abrir la posibilidad de un cambio de sistema a un doble nueve, sabiendo que Fossati para a su equipo con tres en el fondo y que Álvarez Martínez tal vez necesite un acompañante para poder soltarse en su juego.
Sería una forma de volver a mirar primero al rival, como comentó Matías Aguirregaray en Último al Arco en Sport 890, que en el clásico la idea era “ver que proponía Nacional y a partir de eso tratar de hacer nuestro juego”, contrario a lo que se espera de Larriera que suele ser más propositivo, aunque ajustó, cambió y obtuvo resultado.
En caso de decidirse por el doble nueve el indicado sería Ruben Bentancourt, pero si opta por mantener ese tercer mediocampista, Álvarez Wallace sería opción, aunque también pudiera entrar al equipo por Damián Musto y armar un 4-4-2.