En 2024, se registraron entre 150 y 160 casos nuevos de tuberculosis en los centros carcelarios de Uruguay, lo que resalta la creciente preocupación por la propagación de esta enfermedad en la población privada de libertad. Mariela Contrera, subdirectora del Programa Nacional de Tuberculosis, señaló que la tasa de incidencia en las cárceles es entre 20 y 25 veces más alta que en la población general.
La diputada del Frente Amplio, Graciela Barrera, expresó su alarma por la cantidad de casos y destacó que la tuberculosis es una enfermedad prevenible que no recibe la atención adecuada en los centros penitenciarios. En la Unidad 4 (ex Comcar, actual Santiago Vázquez), se registraron 22 casos, aunque Barrera advirtió que podrían existir más casos no diagnosticados debido a la falta de atención médica integral.
Contrera subrayó la importancia del diagnóstico precoz para evitar la propagación de la tuberculosis, sugiriendo que todos los nuevos ingresos al sistema penitenciario deberían ser sometidos a un tamizaje para detectar la infección. En caso de confirmarse, se debería aislar a la persona afectada y garantizarle el tratamiento adecuado durante su reclusión.
El aumento de casos de tuberculosis en Uruguay, que comenzó a registrarse en 2006, también ha afectado a niños y adolescentes, lo que incrementa el riesgo de transmisión, especialmente en entornos más vulnerables. Las autoridades enfatizan la necesidad urgente de intensificar las medidas preventivas y el control de esta enfermedad en los centros de detención.
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