El hecho ocurrió específicamente el 27 de diciembre en la ciudad de Pando, Canelones. Un par de días después del crimen (1° de enero) el homicida se apersonó ante las autoridades y se entregó por el hecho.
Desde aquel momento el joven, de 18 años al momento del homicidio, permaneció recluido mientras el caso avanzaba.
Según recordó Subrayado, durante el procedimiento judicial seguía su curso la defensa del imputado trató de probar que la muerte ocurrió de forma accidental. Según sostenía, el disparo que conllevó al fallecimiento de la víctima ocurrió cuando el taxista aceleró de manera brusca mientras el antisocial lo apuntaba con un arma desde el asiento de atrás. El joven indicó que solo quería robar a la víctima.
Sin embargo, tras más de dos años de procedimiento la Justicia dictó condena contra el joven a 20 años de cárcel por ser autor de un delito de homicidio muy especialmente agravado.
