Rama y sus máscaras: “Una mirada a todas nuestras tradiciones de identidad”

América Latina se destaca por tener una compleja y variada cultura llena de ideologías, imaginarios, tradiciones, creencias, relaciones, arte e historia, que va dejando su huella generación tras generación y gracias a coleccionistas, fotógrafos e investigadores, podemos presenciar parte de esta cultura en una sola habitación, como es el caso de Uruguay, el profesor, ensayista y economista Claudio Rama posee la colección de máscaras etnográficas latinoamericanas más grande del continente.

Visitamos su taller para hablar y ver de cerca las casi 900 piezas, que representan cada una un escenario de la historia y que llevaron unos 30 años de pesca, lo que Rama considera “ir consiguiendo en pueblo en pueblo las tradiciones” con el objetivo de construir un patrimonio cultural que “nos permita ver América Latina de identidad”. En una sola habitación podemos divisar parte de la cultura bibliográfica, “no son meramente decorativas, vienen de tradiciones que tienen muchos años, que participaron en fiestas y encuentros” y agregó que “es una mirada a todas nuestras tradiciones de identidad”.

“Nuestro continente es un continente mascarero, es un continente con tradiciones indígenas, de la colonización de negros, el proceso de desarrollo de la sociedad burguesas del siglo 19, han ido construyendo una sintaxis, una hibridez, una simbiosis del universo de culturas, que hacen nuestro continente europo y la máscara es parte de esa estrella”, explicó.

A lo largo de estos años Rama a recorrido diferentes rincones del continente en busca de ampliar su colección y empaparse de la tradición que envuelve a cada pieza, nos contó que algunas fueron muy difíciles de conseguir debido a la complejidad de la zona o difíciles de sacar del país debido a que sus materiales son de origen animal, otras se las quisieron quemar en la Aduana, muchas de ellas se las regalaron 

Considera que esta colección “es parte del patrimonio intangible de fiestas o actos con mitos, leyendas o historias de representación mezclado en las máscaras, que de alguna forma permitieron construir este pequeño patrimonio, que abarca la mayoría de los países que conforman latinoamérica”, pero agregó que aún hay piezas que quiere conseguir y que sigue buscando.

“Es una inversión permanente, que en caso de poder completar, sería algo grande, donde vemos una tradición de máscaras que van variando según los artesanos y que de alguna forma también van evolucionando. Hay piezas de mejor calidad, de materiales muy variados, de diferentes colores, que representan animales, personas, entidades, algunas son móviles, hay más antiguas y más modernas pero todas tienen su originalidad, una historia y una tradición”, expresó.

Rama destacó que de cada una de ellas “podría contar una historia” y que son muchos años de coleccionismo, “creo que hacer esto es parte de los pequeños placeres de la vida, no hay nadie que no haya coleccionado alguna cosa, más allá de si la siguió o la abandonó” y en esa línea nos confesó que su deseo es “llegar a tener un museo de máscaras latinoamericanas, que nos permitan ver la diversidad y en eso estamos trabajando con el Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI). En un principio tenemos una muestra permanente de unas 300 piezas y las otras 600 iremos viendo donde van a ir a descansar”.

Además de exponer en nuestro país, Rama expuso su colección en varios países, completando un total de 11, Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay y proyectan para fin de año hacer una en la Embajada de México. Trayectoria plasmada en el libro “Los otros Rostros de América Latina” lanzado el mes pasado con un formato de lectura ágil e imágenes, con la idea de orientar, ayudar, informar, entretener y ser una fuente de acceso a esta parte de la cultura.

En lo que respecta a la reacción del público expresó que “obviamente algunas personas gritan y dicen que horribles, que dan sensación de ruido y cuestionan, pero los niños se divierten, incluso hay un taller MAPI, donde van escuelas a construir sus máscaras”, además expresó que “las máscaras son una forma de representación simbólica humana que existen desde siempre”.

«Construyendo sobre lo anterior, no destrozando lo anterior”

Además de la enorme colección de máscaras que representan todo un patrimonio, Claudio Rama viene desarrollando, hace ya varios años, una faceta artística con la creación de sus obras plásticas llamadas “Vidas encajonadas”, las mismas se realizan con pequeñas esculturas hechas con material reciclado, que representan situaciones sociales o reflexiones sobre la vida, “he recorrido muchísimas ferias para ir construyendo este discurso del muñequitismo, del minimalismo, del remake, del reuso que es lo que alimenta está narrativa y esta creación”.

“Cada caja representa una idea, un concepto manejado desde el muñequismo que representan seres humanos, con elementos caricaturescos, porque están los cuerpos deformados y cada una tiene su historia”, explicó y agregó que “de alguna forma son mis miradas y sensibilidades, mis dolores de relación con mi familia, con el conocimiento, con los amores, con mi historia, con las miradas que veo de otros, las peleas”.

Respecto a esta parte de su arte siente que encontró un lenguaje para expresarse, “estuve años y años con el deseo de tirarme a hacer y al final encontré una forma para decir mi discurso, para decir mis ideas, para venderme, no en el sentido de vender, sino en el sentido de transmitir un mensaje”.

Rama está proyectando una exposición de su arte, que ha venido siendo publicado en una serie en el Diario La R, que la directora del Teatro Solís, Malena Muyala, exigió que los textos se cambiaran y se ajustaran al lenguaje inclusivo, “es realmente demencial e inconstitucional la censura prácticamente de algo fuera de ti”, se manifestó. En esa línea agregó que la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura “me ha dado una puerta para que se pueda exponer mi obra sin censura, a partir de febrero” y agradeció al equipo de Grupo R Multimedio por “la gentileza durante semanas de difundir estas cajas y los textos”.

La última caja nació “de las entrañas de este hecho de censura, por parte de una buena artista, porque su música parece ser muy agradable, pero su mirada de la política es muy lamentable. La caja representa el Teatro Solís y sus dichos sobre la libertad, su corruptismo y su idea de cambiar como si el pasado fuera una porquería, cuando la sociedad se construye sobre lo anterior no destrozando lo anterior y el arte es una manifestación interna que se encuentra con gente que lo valora y lo reconoce y no se debe usar como propaganda política”.

Como consejo a artistas que están luchando por su arte o iniciando dice que lo importante es “la terquedad y querer hacer las cosas, hay veces que te dicen que no sigas, pero si es lo que sentís y querés, sea terco, sea persistente y no deje que lo atropellen, sigue tu creación, sigue tu discurso y trabajá y esforzate”.