Una de las escritoras más misteriosas, opaca y controversial, de las letras uruguayas revive en una obra de teatro. Sin duda que Armonía Somers fue la transgresora de los 50, una autora a la cual Benedetti criticó y una década después dijo que la había comprendido.
“La mujer desnuda” fue la primera novela publicada por Armonía Somers en 1950, obra que suscitó un escándalo en el ambiente literario uruguayo de su época. La protagonista es Rebeca Linke, una mujer que al cumplir los 30 años se corta su cabeza y al volver a ponérsela se despoja de su moral, identidad y su ropa. Así comienza un viaje que escandaliza a todo un pueblo. Y la llegada al teatro se produce con «Estudio para La mujer desnuda», la versión (bastante libre) dirigida y escrita por Leonor Courtoisie. La Comedia Nacional la pone ene escena en el Solis (de jueves a sábados a las 21 horas y los domingos a las 19) con un elenco compuesto por Luis Martínez, Florencia Zabaleta, Fernando Vannet, Roxana Blanco, Alejandra Wolff, Camilo Ripoll, Joel Fazzi y Serena Araújo. La obra de teatro y su éxito (con desnudos incluídos) nos lleva a averiguar más sobre esta mujer y redescubrir su literatura.
Una historia de novela
Armonía Liropeya Etchepare Locino (Armonía Somers) nació en Pando en 1914, murió en Montevideo en 1994 y fue junto a Cristina Peri Rossi, una de las cuentistas contemporáneas más destacadas de Uruguay a partir de la década de 1950.
Acerca de los exactos datos de la vida de esta autora se han forjado varias leyendas. Ella misma, en vida , contribuyó a crearlas y divulgarlas. Así, por ejemplo, se encontrarán distintas fechas para su nacimiento en diversas historias de la literatura y enciclopedias, que van desde el año 1914 hasta el de 1930, aunque parece que 1914 es la exacta. Asimismo, el seudónimo elegido por ella, «Armonía Somers», se debe por un lado a un deseo —comprensible en el marco de la sociedad puritana de entonces— de velar, al menos en un principio, la identidad verdadera de quien en 1950 publicó una novela erótica, «La mujer desnuda». Por esto, muchos la atribuían a un autor hombre o bien a un grupo de escritores vanguardistas. Todavía en 1976 se hablaba del «hondo misterio que la envuelve como una segunda piel» y en 1986 Miguel Ángel Campodónico escribe de «esa Armonía Somers que se ha ocultado obsesivamente a la mirada indiscreta de los demás» ya que casi siempre trató de evitar que se le tomaran fotos.
Curiosamente Somers dedicó parte de su vida a estudiar el fenómeno del crimen juvenil. En 1933 y comienza su carrera como maestra y pedagoga. Enseña en distintas escuelas y así va conociendo los problemas de diversos ambientes sociales. Estas experiencias la influyen para que en sus publicaciones como pedagoga se haya dedicado a problemas como la criminalidad juvenil (La antisocialidad juvenil en el Uruguay, 1958). Otras publicaciones de este tipo son, por ejemplo, Educación de la adolescencia (Premio Concejo Departamental de Montevideo 1957, Premio Universidad de la República). Participó de congresos sobre el tema de delincuencia juvenil en EEUU, invitada por la OEA, además de otros encuentros en Francia, Inglaterra y Alemania. De 1962 a 1971 es directora del Centro Nacional de Documentación Educacional. Es en 1971 a la edad de 57 años, cuando se retira de sus funciones oficiales y desde entonces se concentra en sus actividades de escritora.
Su obra literaria
Después de su debut «escandaloso» con La mujer desnuda, en 1950, siguen los cuentos, con el libro «El derrumbamiento» en 1953. A pesar del segundo escándalo que suscita el cuento que da título a la obra , se le otorga el Primer Premio Narrativa del Ministerio de Instrucción Pública en 1953. Benedetti entonces la critíca y considera su obra «irrelevante» pero diez años después, cuando habían cambiado los parámetros de la literatura, dice «ahora sí es posible comprobar que los cuentos de aquel libro de 1953, aunque no totalmente realizados como la literatura que pretendían ser, no se inscribían en una pose literaria sino en una auténtica angustia metafísica».
En 1965, fecha en la que sale su segunda novela «De miedo en miedo», inaugura «Somersville», su casa en el balneario Pinamar. Vive entonces entre «Somersville» y su apartamento en el piso 16 del Palacio Salvo. En 1969, Armonía Somers publica otra novela corta, «Un retrato para Dickens», por el que se le otorga el Premio Intendencia Municipal de Montevideo. Su reconocimiento internacional llega en los 70 cuando sus obras son traducidas al inglés, al francés y al alemán. En 1978 publica «Muerte por alacrán» una serie de cuentos de los cuales Beneditti dirá que «administra su dosis de terror con un ritmo y una precisión notables; es un título que no podrá faltar en ninguna antología del cuento uruguayo» y Ángel Rama incluso observa: «el horror sin fisuras de ‘Muerte por alacrán’… alcanza una tensión voluntaria del espanto y la crueldad que el propio Quiroga no fuera capaz de sostener con similar aspereza». En 1986 la Intendencia de Montevideo le otorga el Primer Premio del Concurso Literario Municipal por el libro «Sólo los elefantes encuentran mandrágora» y recibe el Premio anual de Literatura que concede el Ministerio de Educación y Cultura por «Viaje al corazón del día». También se le organiza un gran homenaje en la Biblioteca Nacional de Montevideo y este será uno de los últimos eventos en que se le ve en público.
En 1994, a la edad de casi 80 años, muere en Montevideo y sus restos descansan en el cementerio británico. Su legado póstumo será el tomo «El Hacedor de girasoles», homenaje a Jorge Luis Borges, Hieronymus Bosch, Virginia Woolf y Vincent Van Gogh. En él, la autora escribe: «Alguna madrugada me habré levantado (de día imposible) a decirles me voy pero me quedo. No dejen de quererme. Eso es lo que importa.»