Existe un gran dilema en relación a la peligrosidad de ciertos perros de raza fuerte. Perros como el pitbull, staffordshire bull terrier, american staffordshire terrier, dogo argentino, fila brasileño, tosa inu, akita inu, doberman, rottweiller, bullmastiff, dogo de burdeos, bull terrier, gran perro japonés, mastin napolitano, presa canario, ovejero alemán, cane corso y american bully son estigmatizados debido a su raza y al haberse ganado la fama de ser “perros malos” debido a incidentes relacionados con mascotas de estas razas o mestizos derivados de estas, pero la pregunta es ¿realmente hay perros malos? Y la respuesta es simple, NO, no hay perros malos, hay malos dueños.
Lamentablemente muchas personas que deciden incluir dentro de su familia un perro de estas razas no lo hace con el objetivo de tener un compañerito amistoso que pueda hacerse amigo de todos, humanos y mascotas. Lo hace para aprovecharse de su físico y presumir que tiene como mascota a una maquina de guerra. A menudo estas mascotas no reciben la educación adecuada, no socializan con otros animales y pocas veces salen a interactuar con otros humanos fuera de su circulo familiar además de recibir castigos y ser entrenados para potenciar su peligrosidad.
De por si son razas con gran sentido de protección y responsabilidad y muy activos, si son criados aislados del entorno este instinto se ve reforzado. Además, lamentablemente su fama tampoco les da mucho margen de acción, aunque hayan sido perros educados y acostumbrados a socializar pocas personas se animan a acercarse a ellos y jugar o permitir que sus mascotas jueguen con ellos tal como lo harían con otro perro de otra raza o de características físicas menos imponentes como un caniche, por ejemplo.
Los pitbull, rottweiler y doberman son perros de razas muy inteligentes que son capaces de adaptarse a un entorno social si su amo se lo permite. Jugar con otros perros desde cachorros, ser entrenados pero sin maltrato físico y socializar con niños y adultos fuera de su familia permitirán que estas razas puedan sacar a relucir todo el amor y las ganas de jugar como cualquier otro perrito que tienen estos perros.
Su mala fama ha hecho que incluso sean razas prohibidas en algunos lugares y que aunque sean perros educados deben pasear con incómodo bozal que dificulta que puedan jugar y olfatear como una mascota normal.
La peligrosidad de estos animales radica en la mala educación recibida en conjunto con su tamaño y fuerza física. Pero poniendo el caso de que una raza catalogada como tranquila y familiar, por ejemplo un Golden o un Galgo crecieran en un entorno de aislamiento total y de malos tratos de seguro también serían perros de carácter agresivo y con un tamaño suficiente como para ser considerados peligrosos, la diferencia está en el estigma que arrastran estas razas.
Si hablamos de perros agresivos por naturaleza que independientemente de que hayan sido criados con amor y hayan sociabilizado desde pequeños tienen tendencia a morder son mucho más agresivas razas como el chihuahua, el salchicha, mini pincher, el pekinés o beagle pero rara vez nos encontramos con una mascota de estas razas y levantamos la guardia porque minimizamos su carácter al tamaño de sus cuerpos. De hecho el chihuahua, aunque es uno de los perros mas pequeños del mundo también es la raza más agresiva y no va a dudar en usar sus dientes ante una provocación, incluso con los miembros de su familia.
Los pitbull, los rottweiler y otros perros de raza fuerte son como cualquier otra raza y responden de la misma manera en que están acostumbrados a ser tratados.
Si un perro es tratado con mimos, respeto, tranquilidad y correctamente socializado será tan amistoso como cualquier otro perro.
Estas razas suelen ser excelentes niñeras con los niños de su familia y si se sienten amados en casa cuidaran de los niños como si fueran sus propios cachorros.
Son perros leales que no van a dudar en poner su vida en riesgo por su familia. Así que no estigmaticemos a una mascota por su raza, todos lo perritos merecen una oportunidad y merecen ser tratados por igual y si un perro tiene una mala conducta debemos recordar que no es su culpa, simplemente tuvo una mala educación.