El ajedrez, un juego que tiene más de 1.500 años de historia y que ha evolucionado desde su origen en el chaturanga, volviéndose poco a poco un pasatiempo internacional, hasta el siglo XIX, que da un nuevo paso tras las primeras organizaciones de torneos y campeonatos internacionales. Uruguay cuenta con un 22 veces campeón nacional en este juego, manteniéndose invicto en este récord y ahora, ya retirado, se dedica a la enseñanza y prepara su regreso como presidente de la Federación Uruguaya de Ajedrez, el Maestro Internacional (MI) uruguayo Bernardo Roselli. Con quién Diario La R tuvo el agrado de conversar.
Roselli recordó su infancia, nacido en Carmelo en una familia y en una localidad cuyo pasatiempo era el ajedrez, contó que fue su madre quien le enseñó sobre las piezas y cómo se acomodan y su padre a moverlas. Nos llevó a 1976 cuando participó en sus primeras competencias, las cuales a pesar de haber perdido, las recuerda con una sensación “fantástica”, reflexionando así “que cada paso que uno va dando en sus primeras veces es lo que nos marca, la primera vez viajando, el primer campeonato ganado, la primera Olimpiada”. No hay forma de saber qué pasará en el futuro, pero expresó que sí “soñaba” con llegar hasta donde llegó.
En 1984 ganó su primer campeonato absoluto y el último en 2023, sumando 22 premios al día de su retiro. Además, ha ganado torneos internacionales en varios países de América y torneos abiertos de partidas rápidas y oficiales, sumando aproximadamente 100 victorias. En Europa llegó a alcanzar actuaciones destacadas. Fue presidente de la Federación Uruguaya de Ajedrez desde el 2009 al 2022, donde se dedicó a fortalecer el juego en el país y su posicionamiento a nivel internacional. Actualmente se dedica a la enseñanza. A pesar de sus triunfos, hace llegar la idea de que “los trofeos no son nada, si bien marcaron en algún momento un aplauso, lo que significa algo es hacer la introspección de sí lo estamos haciendo bien o no, para mañana hacerlo mejor. El que se queda solo con el trofeo, se estanca”. “Nosotros tenemos que ir a más siempre” concluyó.
Roselli le dio una mirada a su trabajo y recordó que empezó a estudiar ajedrez de manera regular “sin darme cuenta que lo estaba haciendo”. Cuenta la anécdota de que en su casa “había un libro del tablero que reproducía partidas y así fui empezando a entender cómo jugaban los demás e imitaba jugadas”, una vez que empezó a competir regularmente “jugaba tratando de hacer lo mejor posible” lo que lo llevó a “generar una exigencia de ser excesivamente minucioso en momento de hacer las cosas y corregir y revisar cada partida realizada” entonces reflexiona que “sin quererlo trabajé para llegar a donde llegué”.
“Aprendí hace muchos años que la competencia no es contra el otro sino contra uno mismo. Uno no es bueno en ajedrez porque le gane a alguien, uno es bueno porque lo está haciendo mejor que el día de ayer” expresó como su lema.
Sus beneficios en la vida cotidiana y educación
Roselli destacó que el ajedrez se puede encarar desde muchas ópticas, desde lo social, el área educativa o competitiva, como una profesión o forma de vida, entre otras. “Yo lo considero una manera de pensar y de ver las cosas” manifestó ejemplificando con una experiencia laboral, donde durante 10 años trabajó en investigación de mercado, obteniendo del ajedrez la capacidad de análisis de la situación y toma de decisiones.
El correlator de la ley de Día Nacional del ajedrez en Uruguay anunció que si bien en 2023, se retiró de la competencia oficial, se enfrenta a nuevos desafíos, como los 100 años de la Federación Uruguaya de Ajedrez en 2026. En ese marco resaltó que posee una buena relación con la Federación Internacional de Ajedrez, con quienes pretende traer un evento mundial a Uruguay para esa fecha. Entendiendo que “es mucho más barato que sacar del país a nuestros ajedrecistas y logramos relacionar un evento de ajedrez con el turismo”.
Además, expresó su interés de que en la próxima presidencia de la Federación Nacional se pueda formar un hilo conductor para llevar a cabo actividades en ajedrez, por ejemplo, a nivel educativo, tanto en públicos como privados, haciendo llegar este juego a todas las escuelas de tiempo completo del país, sembrando 50.000 juegos.
“Lo mío es más de intervenir en el mercado y de ir hacia un desarrollo, porque estoy convencido que el ajedrez es una excelente herramienta para crear ciudadanía”. En ese marco explicó que “es un muy buen instrumento para generar capacidades y además, económico”. Donde se pruebe abarcar desde lo social a enseñar sobre la sana competencia. De hecho, Roselli recordó que Carlos Vaz Ferreira ya fomentaba en 1914 la importancia del ajedrez en la educación. En 2010 la entonces directora de ANEP, le transmitió a la Federación la posibilidad de sumar el ajedrez en escuelas de tiempo completo y hasta 2019 se alcanzaron cerca de 90 escuelas en todo el país. En 2013 se crea el programa “Ajedrez para la Convivencia” administrado por el Ministerio de Educación y Cultura, que está teniendo “un gran alcance”.
“El ajedrez atrapa a los chicos porque no es fácil para un niño que está todo el tiempo recibiendo indicaciones entrar en un mundo donde las decisiones las toman ellos” reflexiona destacando que, “les ayuda a trabajar el tema de la toma de decisiones, donde se requiere de información”. En conclusión entiende que “debe ser tratado en primera infancia como si fuera el idioma materno” aclarando que no todos tienen que ser ajedrecistas “porque no todos están interesados pero sí hay muchas aristas que se pueden hacer con el ajedrez y poseé muchos beneficios para la vida”.
Roselli expresó su desacuerdo con la división de la competencia donde encontramos la categoría de ajedrez absoluto, que pueden jugar hombres y mujeres y la del ajedrez femenino, que según explicó se creó en su momento porque la mujer había quedado por fuera de este juego durante mucho tiempo, por los contextos sociales en los que se vivía. “Hoy en día creo que hay más inequidades en las distancias regionales y económicas que en el género” transmitiendo que en el ajedrez no hay diferencias más que las que enfrenta una mujer cuando es madre, situación en la que sí se debería hacer foco. Actualmente solo el 10% de los competidores son mujeres, siendo uno de los proyectos “intentar en estos próximos años generar políticas de estímulo para duplicar la cifra”.
«EL AJEDREZ ES UN JUEGO QUE DESARROLLA LA INTELIGENCIA PARA JUGAR AL AJEDREZ» MIguel de Unamuno.
Miguel de Unamuno fue un gran filósofo y escritor, pero evidentemente no entendió cabalmente el ajedrez. A mi (que nunca fui un buen ajedrecista) me desarrolló la mente para ser un mejor abogado, porque entendí la lógica de la estrategia gracias a Kotov (piense como un gran maestro). Debo agradecer mucho de lo que soy, no ajedrecísticamente, al ajedrez.
Sobre todo teniendo en cuenta que todos están para cuidar al inútil del rey, los peones están condenados a avanzar poquito y solo pueden comer cuando encuentran algo de costado, los señores alfiles hacen importantes desplazamientos para comerse a otro, en fin, muy democrático.
Además de la lógica, el ajedrez también tiene implícita la geometria, torres que mueven vertical y horizontalmente, alfiler qué mueven en diagonales, la reina qué combina a los dos anteriores y el caballo qué proyecta al circulo con sus posibles movimientos. También estimula la reflexión y la toma de decisiones, de la forma más adecuada, considerando el tiempo disponible. También integra personas de todo pelo y color. Maravilla de juego.
Excelentes reflexiones y propuestas del Maestro Internacional (MI) uruguayo Bernardo Roselli.
Como en su tiempo dijo el Campeon Mundial Tigran Petrosian:
«El ajedrez es un juego por su forma, un arte por su contenido y una ciencia por su dificultad. Pero si usted aprende a jugar bien, sentirá entonces una gran alegría»
Rubwncito… el peón puede convertirse en rey (o reina o lo que quiera ser) y el rey… será ejecutado. La contienda entre ambas partes es equitativa, etc
Mas allá de estas anécdotas lo que es innegable es que, jugada tras jugada, te obliga a analizar una situsción por ti miamo, llegar a unas conclusiones, actuar en base a esas conclusiones(siguiente jugada) y asumir las consecuencias de todo ello como responsabilidad tuya… Adquirir esos hábitos es algo esencia para la vida y adquirirlo a edad temprana más todavía.
Bonus: entrenar el cálculo mental, planificación de estrategias a medio y largo plazo… todo eso sin poderle echar la culpa al árbitro, el clima o tus compañeros de juego.
Es un juego, hermoso, atrapante; intiutivo, nos enseña a tomar descisiones; por si solos; sin ninguna ayuda; un hermoso juego.