«En la zona de la estación ferroviaria de Bogodújov en la provincia de Járkov fue destruida una gran concentración de equipo militar suministrado por EEUU y países europeos», dijo en una sesión informativa.
Konashénkov señaló que los bombardeos de los aviones y helicópteros rusos también alcanzaron «hasta 280 nacionalistas» e inutilizaron «48 unidades de armamento y equipo militar». «En total desde el inicio de la operación militar especial fueron destruidos 152 aviones, 112 helicópteros, 762 drones, 295 sistemas de misiles antiaéreos, 2.895 tanques y otros vehículos blindados, 333 lanzacohetes múltiples, 1.364 unidades de artillería de campaña y morteros, así como 2.716 unidades de vehículos militares especiales», resumió.
El pasado 24 de febrero Rusia lanzó una «operación militar especial» en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitaban ayuda frente al «genocidio» por parte de Kiev. Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según el presidente ruso, Vladímir Putin, es «la desmilitarización y la desnazificación» de Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica. Numerosos países condenaron la operación militar de Rusia y apoyan a Kiev con suministros de armas, donaciones, ayuda humanitaria y sanciones contra Moscú.
Del 24 de febrero al 5 de mayo, las hostilidades en Ucrania causaron la muerte de al menos 3.309 civiles y dejaron heridos a otros 3.493, pero el balance real es mucho más alto, indican los datos de la ONU. Más de 5,8 millones de ucranianos, según las estimaciones del organismo internacional, huyeron de su país a los Estados vecinos en búsqueda de refugio.