La sífilis, una infección de transmisión sexual causada por la bacteria Treponema pallidum, ha experimentado un resurgimiento en las últimas décadas, afectando no solo a adultos, sino también a niños. La sífilis congénita, que se transmite de madre a hijo durante el embarazo o el parto, representa una grave preocupación para la salud pública.
La sífilis puede ser transmitida a un niño de diversas maneras. La forma más común es a través de la sífilis congénita, que ocurre cuando una madre infectada no recibe el tratamiento adecuado durante el embarazo. La bacteria puede atravesar la placenta y afectar al feto, lo que puede resultar en complicaciones graves, como malformaciones, bajo peso al nacer o incluso la muerte del recién nacido. Además, los niños también pueden contraer sífilis a través del contacto directo con lesiones sifilíticas durante el parto o, en casos raros, a través de relaciones sexuales abusivas, lo que subraya la importancia de la protección y la educación en salud.
Los síntomas de la sífilis en niños pueden variar según la etapa de la enfermedad. La sífilis se presenta en varias fases: primaria, secundaria, latente y terciaria. Puede manifestarse con una úlcera indolora, conocida como chancro, que aparece en el área genital, anal o en la boca. En niños, este síntoma puede ser difícil de detectar si no se observa adecuadamente.
Esta etapa puede presentar erupciones cutáneas, fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos y malestar general. En niños, los síntomas pueden confundirse fácilmente con otras infecciones.
Los síntomas pueden aparecer al nacer o durante los primeros meses de vida. Pueden incluir ictericia, rash cutáneo, problemas en los huesos o dientes, y retraso en el desarrollo.
El diagnóstico de la sífilis en niños se realiza a través de pruebas serológicas que detectan anticuerpos contra la bacteria.
El tratamiento de la sífilis es efectivo y generalmente se realiza con penicilina, un antibiótico que elimina la bacteria del organismo. La prevención de la sífilis en niños implica una combinación de educación, acceso a servicios de salud y atención prenatal adecuada.