Soldado ruso condenado a cadena perpetua por el asesinato de un civil

Se declaró culpable y pidió perdón a la viuda de su víctima.

Un tribunal de Kyiv, Ucrania, declaró culpable al primer soldado ruso en ser juzgado por crímenes de guerra en el país, Vadim Shishimarin, de 21 años, y lo condenó a cadena perpetua. Los Jueces argumentaron que el soldado, que disparó a un civil que no iba armado, lo hizo a propósito, aunque la víctima, un hombre de 62 años, no había mostrado ninguna agresividad.

«El tribunal ha declarado a Vadim Shishimarin culpable de cometer un delito penal en virtud de la segunda parte del artículo 438 del Código Penal de Ucrania, y lo ha condenado a cadena perpetua», dijo el tribunal, añadiendo que «la sentencia puede ser recurrida en un plazo de 30 días a partir de la fecha de su promulgación».

La fiscal general ucraniana Iryna Venediktova subrayó en una serie de mensajes en Twitter la importancia del caso para su país. “Hemos abierto más de 11.000 investigaciones por crímenes de guerra y detenido a 40 sospechosos”, escribió. A la espera de que lleguen ante los tribunales, “con este primer juicio, enviamos una señal clara: ningún verdugo, ninguna persona que haya ordenado o ayudado a cometer crímenes en Ucrania va a escapar de la justicia”, dijo.

Confesión de la ejecución ante el tribunal

Durante el juicio, Shishimarin contó que disparó al hombre cuando él y varios otros soldados rusos se retiraban cerca del pueblo de Chupakhivka, en la región de Sumy, e intentaban reunirse con sus unidades en Rusia.«Queríamos llegar adonde estaba nuestro ejército y volver a Rusia», explicó Shishimarin.«En el camino, mientras conducíamos, vimos a un hombre. Estaba hablando por teléfono y dijo que nos entregaría», prosiguió.

Shishimarin detalló que otro soldado ruso que viajaba en el mismo coche -que según él no era su comandante y al que llamó un soldado «desconocido»-, le dijo que disparara.«Empezó a decir en tono contundente que debía disparar», declaró ante el tribunal.«Me dijo que si no lo hacía podría ser peligroso. Le disparé a corta distancia y lo maté», confesó.

El prisionero fue llevado a la diminuta sala del tribunal de Kiev esposado, flanqueado por guardias fuertemente armados. Parecía nervioso y mantuvo la cabeza gacha. A solo un par de metros de él, estaba sentada la viuda.

«¿Qué sentiste cuando mataste a mi marido? Dímelo, por favor». Un gran silencio siguió luego de que Kateryna Shelipova, viuda de Oleksandr Shelipov, rompiera en llanto al poder preguntarle al joven soldado que tenía frente a ella qué lo había empujado a cometer semejante homicidio.

Shishimarin, sentado en el banquillo de los acusados, respondió: «Miedo. Entiendo que probablemente no seas capaz de perdonarme. Pero te pido perdón».

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