Tribunal de apelaciones determina que médico represor de Salto sea procesado con prisión

Se dictan 12 años y dos meses de prisión para Ricardo Alberto Revetria Invernizzi.

Después de haber sido inicialmente procesado sin prisión por abuso de autoridad contra los detenidos (torturas), el médico salteño Ricardo Revetria ha sido finalmente procesado con prisión, según lo resuelto por un Tribunal de Apelaciones. En febrero, cuando se presentaron las imputaciones, Revetria no recibió la medida cautelar de prisión, pero el fiscal Perciballe apeló la decisión y su apelación fue aceptada. Luego de transcurridos 17 años desde que se presentó la denuncia, el pasado 17 de febrero la Justicia procesó al médico de 91 años por su implicación en torturas y delitos de lesa humanidad en el Departamento Salto durante la pasada dictadura civil-militar (1973-1985). 

Revetria ha sido procesado por la Justicia Penal de 2° Turno de Salto por su participación en crímenes de lesa humanidad y deberá cumplir su condena en régimen de prisión domiciliaria dada su avanzada edad. El procesamiento se llevó a cabo tras la denuncia presentada por ex presos políticos de ese Departamento en el año 2006. La Fiscalía pidió el procesamiento de Revetria considerándolo una figura clave en la represión llevada a cabo en la unidad militar de Salto. Se le imputan los delitos de abuso de autoridad, lesiones graves y privación de libertad en perjuicio de los detenidos políticos. La denuncia fue presentada cuando el acusado tenía 74 años. Debido a su avanzada edad, la Justicia Penal de 2° Turno de Salto había decretado el procesamiento sin prisión.

Los testimonios presentados en el caso señalan que Revetria era responsable de examinar a los presos y de informar a los militares cuándo debían cesar las torturas por riesgo de muerte, para poder continuar obteniendo información de estas. En una entrevista con Subrayado, Ingrid Urroz, dirigente de la asociación de ex presos políticos, Crysol, expresó su gran satisfacción ante este procesamiento por el tiempo que medió entre la denuncia y el procesamiento: «Había numerosos testimonios que describían sus acciones durante la época de la dictadura cívico-militar. Eran relatos aberrantes que mostraban que, en lugar de brindar atención médica a personas heridas o en necesidad, asesoraba a los torturadores para determinar si podían continuar torturándolas o no» afirmó Urroz.

El Batallón 7

Este procesamiento se da en el marco de la causa que investiga los crímenes cometidos en el Batallón de Infantería No. 7 de Salto. Desde 1968 hasta 1984, ese lugar desempeñó la función de centro de detención y tortura. Durante ese período, se mantuvo detenidos a trabajadores militarizados bajo medidas prontas de seguridad, a partir de 1968. A partir de 1972, también se llevaron a cabo secuestros y torturas a militantes políticos y sindicales, especialmente aquellos provenientes del norte del país. Según documenta el proyecto denominado Sitio de Memoria, un reconocido militante y trabajador de El Espinillar, ex preso político y exiliado, le hizo llegar a esta organización algunos recuerdos de ese establecimiento militar:

«Efectivamente fue en el cuartel Nº 7 de Salto, ubicado en Avda Viera, donde obraba el batallón de Infantería. Estuve detenido por última vez, antes de mi exilio, entre el 21/12/1974 y el 16/01/ 1975. Me largaron con el plazo de una semana para dejar el país, lo cual firmó el Teniente Coronel Tomasito Barboza con un puñetazo en la boca del estómago que no vi venir, pues estaba encapuchado”, testimonió el militante. “Yo ya conocía ese cuartel por haber estado detenido e incomunicado con otros 30 militantes sindicales (del Sunca, Aebu, Fancap y otros) del 1 al 15 de agosto 1968, cuando la «militarización» y también del 15 al 17 de abril de 1972 cuando la declaración de guerra interna. Otra vez, tres días, en noviembre 1973 (ya en dictadura) por haber ido a reclamar que estaba en «planilla de disponibilidad», que era la obligación de estar en casa con prohibición de entrar a el Espinillar. En ese Cuartel estuvieron detenidos y torturados varios militantes conocidos. El simulacro de fusilamiento me lo hicieron en el Paso del Yacaré deI arroyo Itapebí, ahora bajo el embalse de Salto Grande, pero las golpizas, plantones y submarino fueron en los galpones del cuartel», continuó el testimonio.

El médico represor Ricardo Revetria ejerció su profesión durante muchos años en Salto siendo el Jefe del Servicio Médico del Hospital Departamental. También era propietario de una empresa agropecuaria en el departamento.

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