La tuberculosis (TB) es una enfermedad infecciosa causada por Mycobacterium tuberculosis, una bacteria que casi siempre afecta a los pulmones, esta enfermedad se transmite de persona a persona a través del aire.
Los síntomas de la tuberculosis activa incluyen tos, dolores torácicos, debilidad, pérdida de peso, fiebre y sudores nocturnos. En las personas sanas, la infección no suele causar síntomas, porque el sistema inmunitario de la persona actúa para bloquear la bacteria. Aunque la tuberculosis es una enfermedad antigua, no es cosa del pasado. Es un problema de salud presente en muchos países, incluido Uruguay.
De acuerdo con datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), actualmente en el mundo, día a día casi 30.000 personas se enferman de tuberculosis y cerca de 4.400 personas pierden la vida a causa de la misma.
En 2022, la tuberculosis se convirtió en la segunda enfermedad infecciosa que más muertes causó en todo el mundo después de la COVID-19. También fue la principal causa de muerte entre las personas con VIH y una de las principales causas de muertes relacionadas con la resistencia a los antimicrobianos.
En ese año a nivel mundial, se registraron 10.6 millones personas enferman de TB, de las cuales 1.3 millones fallecieron; mientras que América, se contaron 325 mil casos nuevos de tuberculosis y se notificaron 239.987 (74%), lo que significó un 4% más comparado con 2021. Las muertes estimadas para la región fueron 35 mil.
Según el informe anual sobre “Situación de la tuberculosis en Uruguay”, para el año 2022 la tasa de incidencia actual de la enfermedad se ubicaba en 31,7 por cada 100.000 habitantes. Por lo que en 2022 se diagnosticaron 175 casos más que en 2021, representando un ascenso notorio. Al no existir vacunas efectivas para la Tuberculosis, como las hay para otras enfermedades infecciosas. La principal defensa es reconocer su existencia, cómo se transmite y cuándo consultar.
Cerca de un 12% de las personas que se enferman de tuberculosis fallecen por abandonar el procedimiento o por diagnóstico tardío. Por ello, ante la presencia de los síntomas, lo más recomendable es asistir a un médico para que pueda; en primer lugar detectar la enfermedad, para posteriormente recomendar el tratamiento adecuado.