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Una sesión del senado extraordinaria

El pasado martes la Cámara de Senadores tardó casi dos horas en dar inicio al tratamiento del proyecto de reforma jubilatoria presentado por la coalición de gobierno por la falta de cuórum ante la ausencia de los legisladores oficialistas. Las barras se colmaron de trabajadores que se oponen a esta reforma y que lo tildan de proyecto regresivo, tras irrumpir en aplausos fueron desalojados del recinto.

El senador Sergio Botana fue el miembro informante por el oficialismo y fue quien abrió la oratoria repasando las principales características de la reforma impulsada por el gobierno.

Sostuvo que esta iniciativa es un acto de un “acto de responsabilidad de nuestra generación”, basado en la afirmación que el sistema previsional sufre un desfinanciamiento que “lo hará insostenible al mediano y largo plazo.” Asegura que apoyar este articulado brindará la seguridad de que los “trabajadores del futuro” también puedan jubilarse, además afirmó que si bien se trabajará más, eso será compensado por el hecho de que se cobrará más. Botana también dijo que “votamos una reforma que siembra igualdad, que aumenta la jubilación al pobre y asegura la de todos.”

El informe en minoría, por la oposición, lo presentó la senadora Silvia Nane, la legisladora recordó que este tema ya tiene antecedentes en los años 80 y 90 en Latinoamérica. Señaló: “El problema era que el déficit crecía en el área previsional. A partir de ahí se comenzaron a aplicar incentivos para postergar el retiro del trabajador. En 1996 Uruguay introdujo cambios importantes al sistema de seguridad social, se endurecieron, de acuerdo a las tendencias, los accesos a la jubilación. Además, se estableció un régimen mixto, combinando un pilar de reparto y solidaridad con un pilar de capitalización individual, lo que conocemos como las AFAP. El primer pilar era público para todos los trabajadores y el pilar de capitalización privado y a partir de determinadas franjas de ingresos. Con esto, además, se cambiaron los años de trabajo al alza.” Ella cuestionó a los presentes si alguien se peguntó a quién beneficia esta reforma, “se beneficia a las AFAP, ganan quienes tienen más años de beneficios, como los retirados de la Caja Militar, ganan también quienes no quieren la negociación colectiva, quienes no están dispuestos a compartir los costos de cambios que tanto reclaman. Pierden quienes no tienen acceso a esos requisitos que son más exigentes, lo que no pueden cumplirlos por las condiciones de trabajo, de no trabajo, de precariedad. Pierden quienes no pueden trabajar por discapacidad. No se tienen en cuenta las recomendaciones sobre el trabajo del futuro y el futuro del trabajo. No se piensan nuevos ingresos y no tiene sustentabilidad social. Por ahí nos va la vida como comunidad”. En el mismo sentido planteó en su análisis la necesidad de recordar que la seguridad social “es un derecho humano fundamental”.

Tomó la palabra el senador Alejandro Sánchez quien indicó que era necesario derribar los “eslóganes” que se pretenden imponer desde el gobierno, con ellos buscan justificar que las y los trabajadores tendrán que trabajar más años para cobrar jubilaciones más bajas, se dice: “Es sustentable” y “genera nuevos derechos y nuevos beneficios”, según el gobierno.

“Hay que decir la verdad y asumir la responsabilidad de lo que aquí se está haciendo en soledad. No vi a nadie defendiendo este proyecto de reforma de la Seguridad Social más que la coalición y ni siquiera están todos de acuerdo” dijo el senador. “Votamos en contra de esta reforma, votamos en contra de hacer una reforma que recorta para abajo, una reforma que en vez de equilibrar la carga le aumenta el peso de la mochila a los (que están) más jodidos, una reforma que no se anima a tocar a ninguno de los poderosos, una reforma en donde no se trata a todos por igual”, remarcó.

Por último, el legislador aseguró que a él y a su bancada “nos encontrarán siempre peleando desde cualquier lugar, para frenar una reforma que lo único que hace es quitar derechos a la gente”.

Las barras rompieron en un atronador aplauso que llevó a que la presidenta del Senado, Beatriz Argimón, ordenara el desalojo de las barras que se encontraban colmadas luego de horas de espera para poder ingresar. Las y los trabajadores se retiraron cantando “Oh, le, le, oh, la, la, si este no es el pueblo, el pueblo donde está”, que resonó en el Palacio de las Leyes.

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