En un alarmante episodio que ha sacudido la tranquilidad del departamento de Rocha, la Dirección de Ambiente investiga la masiva aparición de peces muertos en el arroyo La Palma, un afluente que desemboca en la Laguna de Rocha. Este fenómeno, registrado el pasado 3 de enero, ha encendido las alertas sobre las posibles causas de contaminación que podrían estar afectando no solo a la fauna acuática, sino también a la salud de la población.
Las primeras investigaciones apuntan a un aumento de la salinidad en el arroyo, provocado por el ingreso de aguas salobres del océano, resultado de intensos vientos del sur que han afectado la región. Esta situación ha llevado a la acumulación de cardúmenes de peces dulceacuícolas, como sabalitos y carpas, que han encontrado un hábitat cada vez más hostil. La preocupación se intensifica, ya que este no es un caso aislado; en el pasado, la contaminación por fitosanitarios y algas tóxicas ha causado estragos en otras zonas del departamento.
Es imprescindible que la comunidad tome conciencia del impacto que estos eventos pueden tener en nuestro ecosistema y, a largo plazo, en nuestra salud. La muerte de peces en nuestras aguas no es solo un problema ambiental, sino un llamado de atención sobre la calidad del agua que consumimos y las condiciones en las que nadamos durante el verano. Con el aumento del turismo en la temporada estival, es fundamental que todos seamos conscientes de que lo que sucede en el arroyo La Palma puede repercutir en la salud de quienes visitan la región y de quienes aquí vivimos.
Ante esta crisis, es preocupante que las autoridades aún estén a la espera del retorno de licencia del personal encargado para realizar un análisis completo de las muestras de agua. ¿Por qué no se cuenta con un plan de contingencia que garantice una respuesta inmediata ante situaciones de emergencia ambiental? La falta de acción rápida no solo pone en riesgo a la vida acuática, sino que también expone a la población a posibles riesgos sanitarios.
La comunidad científica, representada por el CURE (Centro Universitario Regional del Este de la Universidad de la República), jugará un papel crucial en el análisis de las muestras de agua. Sin embargo, la espera de su retorno tras el período de licencia plantea una interrogante: ¿cuánto tiempo más debemos esperar para obtener respuestas y soluciones? Es vital que se establezcan protocolos de acción que permitan responder de manera ágil a estos problemas y que se invierta en la capacitación de personal que pueda actuar de inmediato ante situaciones similares en el futuro.
Hacemos un llamado urgente a las autoridades locales y a la comunidad en general. La salud de nuestros ecosistemas acuáticos, la salud pública y la economía local dependen de nuestra capacidad para actuar de manera proactiva y responsable. Es momento de que todos nos involucremos en la preservación de nuestros recursos naturales y en la protección de nuestra calidad de vida. No dejemos que la muerte de peces en el arroyo La Palma sea solo un triste registro en la historia ambiental de Rocha. Es hora de actuar antes de que sea demasiado tarde.
En este sentido, resulta crucial fomentar la educación ambiental en nuestras comunidades, promover la participación ciudadana en la vigilancia de nuestros cuerpos de agua y exigir acciones concretas a nuestras autoridades. La acción colectiva puede marcar la diferencia. Hoy son los peces, mañana podrían ser nuestras familias. ¡Actuemos ahora!