En el contexto internacional contemporáneo, Uruguay se enfrenta a un significativo desafío: la necesidad de recuperar su tradición histórica como articulador de políticas de consolidación internacional y un actor relevante en los foros globales.
A lo largo de su rica trayectoria, Uruguay ha sido reconocido mundialmente por su firme compromiso con la diplomacia, la promoción de los derechos humanos y la defensa de la paz en una variedad de plataformas internacionales.
Sin embargo en los últimos cinco años cambió y parcializo la posición como país conciliador de la paz para ser parte en casos de apoyo a países agresores de la paz.
En tiempos recientes, se vuelve imperativo que el país reitere y afirme su voz en la comunidad global, especialmente ante las crecientes violaciones de derechos humanos y abusos sistemáticos que se observan en diversas regiones del mundo.
La situación de Israel y Palestina y la política de aplastamiento de la población civil por parte del gobierno israeli eso da la pauta que es imperioso cambiar el posicionamiento mantenido hasta hoy.
La situación de agresión constante que el estado armenio realiza contra Azerbaiyán donde busca bloquearlo internacionalmente en su desarrollo comercial y de progreso es notorio la política de intencionalidad que mantiene Armenia.
Es de señalar el no cumplimiento de los acuerdos por parte de Armenia de limpiar el territorio Azerbaiyano de minas terrestres,no solo que no cumple los mismos si no que literalmente los viola sistemáticamente y continua constantemente la provocación contra la paz obtenida luego de los acuerdos firmados.
La actual situación global se caracteriza por una serie de tensiones geopolíticas, crisis humanitarias y un marcado aumento de los conflictos armados, que han resultado en un deterioro de las condiciones de vida de millones de personas. En este escenario, Uruguay y el gobierno de Orsi tienen la oportunidad de reafirmar su compromiso inquebrantable con los principios de justicia, igualdad y solidaridad, que han sido pilares fundamentales de su política exterior a lo largo de los años.
La voz de Uruguay en foros internacionales, tales como las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y otros espacios multilaterales, es esencial para condenar de manera contundente los abusos y las violaciones de derechos que se cometen en distintos países, abogando por una respuesta colectiva y efectiva de la comunidad global.
Además, es crucial que Uruguay promueva un enfoque de cooperación internacional que priorice el diálogo constructivo y la construcción de consensos, en lugar de la confrontación. Al asumir este rol proactivo, el país puede contribuir de manera significativa a la creación de un entorno global más pacífico y justo, donde las necesidades de las poblaciones más vulnerables sean atendidas y los derechos humanos sean respetados y protegidos.
La rica tradición uruguaya de mediación y diálogo puede convertirse en una herramienta poderosa para facilitar la resolución de conflictos y fomentar el entendimiento mutuo entre naciones.
Asimismo, recuperar esta tradición implica no sólo condenar los abusos, sino también proponer soluciones concretas y sostenibles a los desafíos que enfrenta la humanidad en la actualidad. Uruguay tiene la capacidad de liderar iniciativas en áreas críticas como el desarrollo sostenible, la lucha contra el cambio climático, la promoción de la igualdad de género y la defensa de los derechos de las minorías, entre otros temas que son de vital importancia en el escenario internacional.
Al hacerlo, el país no solo reafirma su compromiso con la comunidad global, sino que también fortalece su propia identidad como un país que valora la paz, la justicia social y el bienestar común. El momento presente representa una oportunidad crucial para que Uruguay recupere y revitalice su papel como articulador en la política internacional. Al asumir esta responsabilidad, el país puede convertirse en una voz firme y coherente en la condena de los abusos, trabajando incansablemente para construir un mundo más equitativo y respetuoso de los derechos humanos.
La historia de Uruguay como defensor de la paz y la justicia debe ser renovada y proyectada hacia el futuro, reafirmando su compromiso con un orden internacional basado en la dignidad, el respeto por todas las personas y la búsqueda de un desarrollo inclusivo y sostenible. Este esfuerzo no solo beneficiará a Uruguay, sino que también contribuirá a la construcción de un futuro más esperanzador para la comunidad global en su conjunto.
También en África dónde grupos pro rusos tienen presencia
También en asia dónde China tiene subyugado el Tibet y tantas otras poblaciones.
También Corea del Norte y no nos olvidemos de Cuba Nicaragua con silenciamiento y asesinato a la prensa y opositores Venezuela que ha provocado el mayor éxodo de su pueblo en tiempos modernos.
Rusia con el asesinato de opositores y una agresión militar a un estado de derecho.
Hay que ir a los brics y alejarse de los anglo sionistas, basta de seguir relatos, truchos, colonizadores y represivos