“Tomo la palabra en el día de hoy en nombre de los más de 177 presos políticos y más de 350 personas que han perdido la vida en mi país desde 2018″, subrayó el diplomático. “Tengo que hablar aunque tenga miedo… Hablo en nombre de miles de servidores públicos, civiles y militares, que son obligados por el régimen a fingir, llenar plazas y repetir consignas, porque si no lo hacen pierden su empleo”, enfatizó Mcfields, quien desveló que “la gente de adentro del gobierno está cansada de la dictadura y de sus acciones, cada vez van a ser más los que digan basta”. “Denunciar la dictadura de mi país no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible, es imposible. Tengo que hablar aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos. Tengo que hablar porque si no lo hago, las piedras mismas lo harán por mí”, señaló.
Mcfields explicó que solicitó varias veces durante meses la liberación de 20 presos políticos de la tercera edad y con problemas de salud por razones humanitarias. “Nadie me hizo caso”, confesó, y dijo que incluso lo amenazaron de forma velada. “A la derecha, cuanto más se le da, más quiere”, parafraseó a sus superiores.
Uno de los primeros en reaccionar fue Luis Almagro, secretario general de la OEA, quien incluso ofreció “protección” al embajador nicaragüense. Posteriormente, Almagro publicó un tuit indicando que la postura de denuncia de McFields es la correcta. “Valoramos el coraje del embajador de Nicaragua Arturo McFields Yescas y su compromiso con los valores de la OEA. Esta es la posición éticamente correcta”,
«Extendiendo la mano a quien toma un acto histórico como el que está haciendo embajador de Nicaragua. No es un día menor. Iba a ser una jornada curricular y lo ha cambiado absolutamente todo. Conviene tener consciencia de los momentos cuando se los está vivenciando. Pocas veces se ve esto que acaba de suceder», «. Washington Abdala, Embajador de Uruguay en la OEA sobre las declaraciones de
Por su parte el embajador uruguayo ante la OEA, Washington Abdala intervino en la msima sesión y dijo «solo tengo palabras de respeto por lo que acaba de hacer el embajador de Nicaragua». Y enumeró las tres razones de su apoyo: «Primero porque ha calificado a su país de dictadura, situación en la que coincidimos. Segundo porque estoy consciente de los riesgos peligros y acechanzas que eso le acarrea desde este mismo momento. Eso me parece que ya no solo le pertenece a él sino a todos. Tercero porque los que estamos bregando hace tiempo porque los ejercicios de democracia existan en la región de manera sustantiva, real, cuando pasan estas cosas y cuando se suscitan estos acontencimientos de manera impactante lo que tenemos que ser es solidarios, comprometidos, honestos, sinceros, frontales, trabajadores, activos, extentendiendo la mano a quien toma un acto histórico como el que está haciendo el embajador de Nicaragua».