Una vez terminado el Sudamericano Sub-20, las diez selecciones del continente se preparan para encarar otro Sudamericano, pero en esta ocasión el Sub-17. Este torneo continental se realizará en Colombia a partir del próximo 27 de marzo al 12 de abril y otorga seis cupos a la Copa del Mundo de Qatar 2025.
Ante este panorama, La Selección Uruguaya Sub-17, dirigida por Matías Alonso, intensifica los trabajos de cara al torneo. Como parte de su preparación, el equipo viajará este sábado a Perú para disputar dos encuentros amistosos contra la selección incaica.
Los partidos están programados para el martes 25 y el jueves 27 de febrero en las instalaciones de la Villa Deportiva Nacional (Videna) en Lima. El regreso de la delegación uruguaya está previsto para el 28 de febrero.
Alonso convocó una lista de 26 jugadores para concentrarse en el Complejo Celeste el pasado 26 de enero y desde entonces ha trabajado de lunes a sábado. Resaltar que todos los jugadores citados pertenecen a equipos del torneo local.
Recordemos que para el Sudamericano, la Celeste integrará el Grupo B junto a Brasil, Ecuador, Venezuela y Bolivia. Nuestros juveniles no han podido clasificar a los últimos cuatro mundiales sub-17 (Chile 2015, India 2017, Brasil 2019 ni Indonesia 2023); su última participación fue en Emiratos Árabes Unidos y con Fabián Coito como entrenador.
Una vez comenzado el sudamericano, Uruguay tendrá su estreno el viernes 28 contra Brasil por la primera fecha de su grupo. El domingo 30 enfrentará a Ecuador, el martes primero de abril jugará con Bolivia y el sábado 5 cerrará su participación en la fase de grupos ante Venezuela (tendrá fecha libre en la etapa 4).
Lo mejor para esta selección, para los pibes y su cuerpo técnico. Es difícil el pasaje de jugador a Técnico. Grndes jugadores no han triunfado como Entrenadores (ejemplo Fernando Morena, Daniel Passarella) y jugadores de nivel medio han hecho muy buenas carreras (Óscar Tabárez, Gregorio Pérez). Pero el trabajo en juveniles requiere un componente especial: experiencia en ese trabajo. Jugadores que recién dejan el fútbol activo, sin experiencia alguna en la formación de juveniles, son una apuesta muy arriesgada. Para lso jagadores y para sí mismos. Fue una de las cosas que la actual conducción de la AUF ha cambiado y los resultados positivos de varios años se eclipsaron.