Y en el final solo quedará el cuerpo, bailando

El Centro de Exposiciones Subte de la Ciudad de Montevideo (Subte) presentó la videoinstalación de danza contemporánea “Vanitas” dirigida por Matthieu Perpoint y Agustina Sario.

Foto: Gian Franco Laviano

El Centro de Exposiciones Subte de la Ciudad de Montevideo, presentó durante el viernes 17 y el sábado 18 de febrero, “Vanitas 1. Quién te quita lo bailado” y “Vanitas 2. LHOOQ”, videoinstalación proyectada y dirigida por Matthieu Perpoint, coreógrafo de danza y egresado del área salud, y Agustina Sario, coreógrafa, docente e intérprete.

El dúo Perpoint-Sario, trae a Montevideo una territorialidad estética y sensible. Retorna al cuerpo humano, como manera de poner en el centro las piedras fundantes de aciertos y problemas. 

La videoinstalación, que se encuentra dividida en dos partes, puede ser considerada como un mismo sistema artístico que se complementa. Al tiempo que presenta al cuerpo, la danza contemporánea, y el movimiento, como instrumentos de exploración del adentro y el entorno exterior. 

Vanitas 1: el ser orgánico

En la primer parte del territorio instalado, el cuerpo de una mujer explora con su piel y movimientos los rincones de un mundo vegetal. La palabra como forma de comunicación es sustituida por la piel como órgano capaz de obtener conocimiento.

El sitio que la protagonista recorre es regido por la rugosidad de los troncos de los árboles. La densidad de los brotes, los filamentos de la hierba, y el clamor de los hongos que se elevan al cielo ocupando el espacio. 

Su cuerpo se pone de revés para imitar las ramas que son dueñas del bosque. Se encorva como si toda su piel fuera capaz de conectarse con la hierba y las piedras. El ser busca expresarse de la misma forma que la naturaleza vegetal, avanzando sin concesiones. Tomando todo a su paso. Sin cuestionamientos. De manera orgánica. Sin pulsión de muerte, todo es. 

En las posturas de esta mujer que danza a nivel del piso, de costado, de espaldas, boca abajo, parece haber una nostalgia de algo perdido. El pelo adquiere el valor de una extensión orgánica que se conecta con el terreno que conquista. No es un accesorio.

Vanitas 2: morir y nacer en la ciudad

En el segundo territorio, lo orgánico, el erotismo que se moviliza como la naturaleza, desaparece.  Es sustituido por el cuerpo de un hombre en la terraza de una ciudad. En ella el cuerpo del protagonista parece estar sometido a un ritual de neo chamanismo, en que la inmovilidad ocupa buena parte de la escena. 

El cuerpo ya no se moviliza como un explorador de su entorno que busca ser. A partir de su estado receptivo es trasformado por elementos ajenos a él, esconden una instancia de aprendizaje. 

A través de elementos sólidos y líquidos, el cuerpo va siendo tomado. Mientras, la música clásica, y los movimientos lentos de la cámara se alternan con los saltos de la imagen y el rock progresivo.

Lo que la videoinstalación díptica, gemela y diferente proyecta, es la necesidad de colocar a lo humano, al arte y la danza contemporánea, como potencias.

Las danzas de la iniciación, llevadas adelante por la energía psíquica y poética de Eros, se complementan con las danzas de los finales y la muerte, azuzadas por Tánatos. Lo visto en pantalla parece parte de un mismo río, de aguas claras y oscuras que se mezclan, hasta volverse fuerzas inevitables: la recepción y la acción humana, la renuncia y la transformación. 

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