Uruguay es ideal para la cría de ganado, existe una relación directa entre la calidad de las carnes que consumimos y las pasturas que alimentan nuestro ganado. Todo ocurre porque el país se ubica en las pampas sudamericanas, en una de las regiones de pastizales templados más grandes del mundo y sobre una de las reservas de agua dulce más importante del planeta, donde las pampas sudamericanas se encuentran con el océano Atlántico.
Es por ello, que la carne representa un alimento fundamental y vital para todos los uruguayos, ya sea para celebrar un hecho importante con amigos o un simple almuerzo en familia. Nuestra cocina sintetiza la historia de su gente, sus costumbres y las múltiples culturas que componen su esencia; una tradición que se proyecta con audacia sobre raíces sólidas en los mejores productos con que cuenta.
Las carnes uruguayas son el centro de esta oferta y brillan por sobre cualquier otro plato.
Debido a esto, cada 29 de mayo se celebra el “Día de la Carne”, propuesto por el Instituto Nacional de Carnes (INAC), para conmemorar la primera vez que se transportó carne congelada desde el Río de la Plata a Europa en el buque “Le Frigorifique” logrando un hito que marcó el inicio de una verdadera revolución a nivel industrial. Esto ocurrió el 29 de mayo de 1876.
Desde entonces, el pequeño país sudamericano se convirtió en uno de los mayores exportadores y mejores productores de carnes en el mundo. El desarrollo del sector ha sido una base de crecimiento económico, social y sostenibilidad del país, desde las diversas producciones de carnes, su industrialización, comercialización y proyección.
Hoy Uruguay cuenta con más de 44.000 establecimientos agropecuarios, la mayoría de los cuales son empresas de productores ganaderos familiares, firmemente convencidos del manejo sustentable de los recursos naturales y de las más actualizadas prácticas de respeto y bienestar animal. Esta convicción es compartida por todos los actores de la cadena, logrando que los animales cuenten con óptimas condiciones desde su crecimiento en los establecimientos hasta el momento de su sacrificio.
En definitiva, al momento de enfrentarnos a un plato con carne uruguaya, cargado de sabores y nutrientes, estamos también en presencia de un largo camino: un recorrido que incluye a la geografía y los recursos naturales, la historia y a los actores del sector, teniendo en cuenta las buenas prácticas y manejo durante todas las etapas de la cadena.
Los sabores no son los mismos cuando conocemos lo que hay detrás de ellos. Por lo que degustar las carnes uruguayas será un momento único, más aún, si se comprende que hay un país detrás de esa experiencia.