El 17 de abril de 1972, en un local del Partido Comunista de Uruguay (PCU), situado en el barrio montevideano de Paso Molino, las llamadas Fuerzas Conjuntas ejecutaron a 8 militantes como parte de un operativo.“Conmemorar un nuevo aniversario de la 20 y el asesinato de ocho obreros comunistas tiene varias dimensiones”, asegura Gabriel Mazzarovich, Secretario de Propaganda del PCU en diálogo con Diario La R.
Para el militante la primera es la “dimensión histórica” al tratarse “de uno de los crímenes políticos más terribles de la historia nacional”, afirma. Por otra parte Mazzarovich destaca la importancia de pensar la conmemoración en clave actual: “el mejor homenaje que le podemos hacer a los 8 obreros asesinados es seguir luchando”. Por eso en este nuevo aniversario, el PCU y la Unión de Juventudes Comunistas (UJC) homenajean a los 8 obreros asesinados con una jornada nacional de recolección de firmas para lograr el plebiscito de la seguridad social. “Se pondrán más de 200 puestos fijos en todo el país en homenaje militante a los 8 mártires de la 20”, dijo. En tercer lugar el Mazzarovich destacó el acto recordatorio que se realizará como cada año en la seccional 20 situada en Agraciada y Valentín Gómez este sábado 20 de abril. El militante recordó que aún en dictadura se homenajeaba a los comunistas asesinados en Paso Molino cada 17 de abril: “encontrábamos la manera de que hubiera rosas rojas frente al local que el fascismo había destrozado”.
La escalada
Al decir de Mazzarovich, “este brutal ataque no fue un hecho aislado”. El dirigente hace referencia a que unos días antes se había atacado el local central del PCU, donde se realizaba una actividad de la UJC: “la firmeza de los presentes y el rápido accionar del presidente de la Cámara de Diputados, Héctor Gutiérrez Ruiz y del diputado comunista Jaime Pérez, evitaron la tragedia”, comentó el dirigente comunista. El día anterior a estos hechos se habían colocado bombas en el domicilio de varios dirigentes de izquierda y habían atentado contra otro local del PCU en la zona de Pocitos. Días antes el Parlamento, con los votos en contra del Frente Amplio (FA), aprobó el Estado de Guerra Interno. Por otra parte el propio local de la 20 fue destruido tres veces: En 1972 fue baleado, luego del golpe de Estado su fachada fue arrancada y demolida con maquinaria pesada y después de la recuperación democrática, cuando le pusieron una bomba y la volvieron a destruir su fachada. “Tres veces fue reconstruido por la solidaridad y el amor militante”, afirmó Mazzarovich.
Los hechos
El local de la Seccional 20 del PCU ya había sido allanado dos veces ese día, con la zona bajo estricta vigilancia. A pesar de las órdenes de la dirección del Partido Comunista de abandonar el lugar, al caer la tarde varios militantes acudieron para acompañar y evitar ser secuestrados por las fuerzas policiales que patrullaban la zona. El perímetro fue rodeado por vehículos militares y policiales, con hombres armados de civil y efectivos en las azoteas de calles cercanas. La situación se tornó en una balacera, y aunque se ordenó la salida, los militantes que se rindieron fueron fusilados. Estos fueron Luis Alberto Mendiola, José Abreu, Ricardo González, Ruben López, Elman Fernández, Justo Sena, Raúl Gancio y Héctor Cervelli.
Esa noche participaron del operativo más de 500 efectivos militares, policiales y paramilitares. Durante este operativo, el capitán del Regimiento de Caballería Nº 9, Wilfredo Busconi, resultó gravemente herido por armamento militar. Aunque falleció en 1974 a causa de la herida, con el retorno de la democracia, exámenes forenses determinaron que fue asesinado por las propias fuerzas represivas. Con el restablecimiento de la democracia, el local partidario fue devuelto al Partido Comunista por el Ministerio del Interior, y desde entonces la “seccional 20” ha seguido funcionando hasta la actualidad. “Ese local significa tanto para las y los comunistas, para la izquierda, para el pueblo, que es proporcional el odio que le tiene el fascismo”, concluyó Mazzarovich.
