Los problemas de la deserción también en los posgrados

Impulsarlos es un desafío de primera importancia

El fenómeno de la deserción en educación superior es uno de los problemas educativos más importantes en el país. Ha sido particularmente objeto de políticas e iniciativas en el ámbito de la educación media en los últimos tiempos con becas e incentivos a la terminación, aun cuando es mucho más intenso en la educación superior, en donde no han existido acciones significativas en la materia. Es una  problemática asociada a la masividad y a las formas tradicionales de gestión académica, que afecta directamente no sólo la economía y la eficiencia de los centros educativos, sino que priva de recursos humanos a la sociedad y  crea fracasos personales con incidencias sociales. El contexto de esta problemática de la deserción remite a la creciente masificación de los estudios y la diversidad social de los estudiantes y a las dificultades de los sistemas educativos para diferenciarse y crear mecanismos de atención particularizados a los estudiantes. Sin embargo, más allá de la existencia de nuevos estudiantes (mujeres, estudiantes del interior, personas de menos capital humano, de mayor vulnerabilidad social, más distantes de los centros educativos, trabajadores y de personas con sobreedad), el eje ha sido la dificultad del sistema educativo de diversificarse y de las instituciones de crear mecanismos de atención flexibles y personalizados para atender la diversidad de situaciones. Ello más allá de la fuerte incidencia de los aspectos socioeconómicos en la deserción.

La masificación transfiere la desigualdad de la sociedad a la educación, pero lo dominante es que las instituciones y las políticas no logran reducir los procesos de exclusión que se crean o existen. Esta es una tendencia creciente de los sistemas educativos a medida que el conocimiento se expande, se incrementa las exigencias de calidad y se masifican los accesos. El resultado es un proceso de abandonos por múltiples motivos, en general marcado por  diferenciaciones de aprendizaje, sociales, geográficas, de género y étnicas, e incluso de desigualdades de acceso al trabajo y a los tipos de puestos laborales, o cambios de vida y de intereses. También de diferenciaciones  de los tipos de estudios y del valor de las certificaciones previas. Por todo ello, las desigualdades sociales son un impulsor a la deserción que tiene rostro social.

La deserción como abandono ha sido relativamente analizada en la educación media y en la educación superior de grado, pero con menos intensidad en el ámbito de los posgrados. En este nivel es muy conocido el fenómeno de todo menos tesis, por la incapacidad de los estudiantes de poder llevar adelante investigaciones y el bajo apoyo de las instituciones a ello. Recientemente se han realizaron unos estudios estadísticos de análisis de la deserción bajo la metodología de cohortes correspondientes a algunas Maestrías, Especializaciones y Diplomados de la UDELAR en convenio con el CFE –IPES y que cursan estudiantes dominantemente de formación docente. Ellas nos muestran también el alto nivel de deserción en este nivel cuaternario educativo. En esta área la problemática social tiene menor intensidad, la diferenciación social entre los participantes es también menor, así como muchas otras características de diferencias, en tanto es una población estudiantil relativamente homogénea,  formada e insertada laboralmente. Estos cursos, anteriormente se realizaban bajo formatos con componentes presenciales y que desde la pandemia pasaron a constituirse en ofertas bajo modelos virtuales, dominantemente sincrónicos. Son cursos además gratuitos. Sin duda, la deserción en este nivel es un tema de importancia por los costos para la sociedad, por permitir ver la eficiencia institucional o la falta de mecanismos de prevención, por la ausencia de incentivos personales o de mercado que promuevan concluir los estudios y finalmente por la incidencia en la calidad sobre los futuros docentes, en tanto es una formación de posgrados para actuales docentes del sistema educativo.

Sin duda, impulsar los posgrados es un desafío de primera importancia, pero al tiempo la necesidad de debatir formular para alcanzar mayores niveles de eficiencia es vital.

Eco. Claudio Rama

Dr. ED; Dr. DER; Post. Dr

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