El ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, expuso en el Berlin Energy Transition Dialogue 2022. Destacó la potencialidad de Uruguay para convertirse en proveedor mundial de hidrógeno verde. Informó que Uruguay busca estrechar lazos con occidente y otros mercados a través de esta política. Afirmó que el hidrógeno verde contribuirá a reducir el cambio climático. Además hará el mercado energético mundial más estable y colaborará con el desarrollo y la descentralización del Uruguay.
Paganini recordó que Uruguay cuenta con una política energética basada en fuentes renovables desde hace 12 años. Contó a los espectadores que nuestro país transformó su matriz energética hasta alcanzar el 97% de su matriz eléctrica proveniente de fuentes renovables. Destacó que esto fue posible gracias a la buena combinación de viento y sol, así como la gran cantidad de tierra y agua. Esos recursos hacen “que podamos avanzar fuertemente hacia el hidrógeno”, afirmó Paganini.
Para hacerlo, explicó, el país realizó una serie de análisis, que incluyeron a la consultora McKinsey & Company. Esto le permite contar con una hoja de ruta. Además, informó que este miércoles 30 de marzo Uruguay lanzó el primer proyecto piloto de hidrógeno.
En Uruguay el 96,6% de la población tiene conexión a la red eléctrica pública. Por ello, el uso de hidrógeno verde estaría centrado en el transporte y la industria. Sin embargo, por nuestra escala, el consumo reducido “no sería viable por sí mismo”, y por ello debe acompañarse de una posición exportadora.
“Este plan se ajusta muy bien a nuestra política que apunta a la descarbonización, así como también a nuestra política internacional de abrir y diversificar nuestros mercados”, dijo el secretario de Estado.
Paganini explicó que el primer comprador de Uruguay es China, aunque agregó que históricamente nuestros vínculos se centraron en el mundo occidental. “Creemos firmemente que el hidrógeno es un camino para reforzar nuestros lazos con occidente”, dijo el ministro. Por ello, se ha trabajado con el Gobierno alemán y con el puerto de Róterdam, para “hacer posible esta transición hacia el hidrógeno”, señaló.
En este sentido, indicó que Uruguay busca participar de las iniciativas alemanas, como H2 Global, y presentar proyectos privados. Así buscar proveer de derivados del hidrógeno al mercado alemán.
“No hay dudas de que para que la economía del hidrógeno tenga lugar debe haber una asociación entre los países que demanden hidrógeno y sus derivados y aquellos que puedan producirlo”, sostuvo el jerarca.
Por ello, los países sudamericanos ricos en energías renovables, como Uruguay, están en una excelente posición para producir. “Quizás con la tecnología de las compañías europeas y la demanda de Europa y otros países, como Japón”. En este sentido, Paganini subrayó la experiencia de Uruguay en su transición hacia la energía verde y su intención de transformarse también en un exportador de hidrógeno.
América Latina
En cuanto a su visión de América Latina, el ministro dijo que la región también posee mucha más energía renovable que su demanda local. Por lo que, en conjunto, debe convertirse en un “productor mundial de hidrógeno verde y sus derivados”. Esto requerirá de un tiempo de trabajo, de cooperación internacional, de nuevas tecnologías y de definición de estándares de seguridad y regulaciones. Teniendo en cuenta lo que ocurre en el mundo. “Debe ser un esfuerzo colaborativo global”, afirmó.
El mayor desafío, afirmó el ministro, es ayudar al mercado a construirse. Esto requiere aspectos financieros, en tanto que la demanda de suministros necesita inversiones de largo plazo. “Una vez que el mercado empiece a funcionar las cosas avanzarán”, afirmó el jerarca.
El hidrógeno proporcionará “un futuro más estable en lo que tiene que ver con la energía”, ya que “el mundo será más diversificado, con diferentes regiones que provean y otras que adquieran” los productos. Esto, además, contribuirá al objetivo mundial de frenar el cambio climático. “De esa forma, esperamos un nuevo futuro que debe acelerarse”, opinó Paganini.
El ministro también explicó que Uruguay no tiene producción local de combustibles fósiles, por lo que toda nuestra producción de hidrógeno será verde. Además, señaló que el desarrollo de instalaciones de hidrógeno estará lejos de Montevideo. Lo que tendrá consecuencias positivas desde el punto de vista de la descentralización y el desarrollo.